Reportaje de un Viaje
Fecha de publicación : 9 de Abril de 2016
Lisboa. Marzo de 2016.
En la Semana Santa pasada estuvimos en Lisboa. Seis días completos. Parecían suficientes como para ver tranquilamente la ciudad, pero no fue así. Me quedé con ganas de más. Así que no sería extraño que repita, más pronto que tarde, con un nuevo viaje a Lisboa.
Estas son algunas (ochenta) de las fotografías que hice:
Foto 1/80 - 19/03/2016 Teatro Nacional Doña María II.
El histórico teatro, construido entre 1842 y 1846 en estilo neoclásico, visto desde la Plaza del Rossio
Foto 2/80 - 19/03/2016 Casa Portuguesa do Pastel de Bacalhau. Rua Augusta, 106.
Ya lo dijo el escritor António Lobo Antunes: "Fazer pastéis de bacalhau é táo importante como leer Os Lusíadas"
Foto 3/80 - 19/03/2016 Restaurante Crisfama. Rua Cruz de Santa Apolónia, 58.
+351 21 814 8822 www.tripadvisor.es/Crisfama
A punto de dar cuenta de un mero fresquísimo, cocinado de una manera tan sencilla como exquisita. En mi opinión, en cuanto a calidad de la comida, al mismo nivel que un dos estrellas Michelín, pero por 25 euros-persona: primero, segundo, postre y vino incluido.
Foto 4/80 - 19/03/2016 Vinho branco de la Heredade de São Miguel, procedente de una bodega cercana a Évora (Alentejo Central).
Le pedí a Fernando ( fernandocrisfama@live.com.pt ), el propietario de Crisfama, que me recomendara un vino blanco a la altura del mero y el choco que nos íbamos a zampar y nos sirvió, a una temperatura perfecta, este excelente vino del Alentejo, cuyo precio en carta era de nueve euros la botella (una excelentísima relación precio/calidad).
Foto 5/80 - 19/03/2016 Feira da Ladra. Campo de Santa Clara.
Mercado popular de objetos usados, cuyos orígenes se remontan al siglo XIII. Antiguamente este era el lugar donde se compraban y vendían objetos robados, de ahí su nombre, que en español podría traducirse como "Mercado de la ladrona".
Foto 6/80 - 19/03/2016 Monasterio de San Vicente de Fora.
Además de los claustros del convento, con excelentes azulejos del siglo XVIII, merece la pena ver una galería con más azulejos, blancos y azules, que evocan escenas de fábulas de La Fontaine. En este caso se trata de la fábula "A raposa e o bode (La zorra y la cabra)", de Esopo:
Un zorro por mirar los nidos de un árbol, resbaló y cayó en un pozo semiseco. Y estuvo muchas horas sin poder salir por más esfuerzos que hacía. En cierto momento se acercó una cabra sedienta y al verlo adentro le preguntó qué tal estaba el agua.
– Está deliciosa, ven, baja, cabrita – le contestó el zorro. – Esta es un agua tan fresca y agradable que no me canso de beberla.
Bajó entonces la sedienta cabra y ahí quedó, pues el zorro al instante le saltó encima y, usando su lomo para apoyarse, salió del pozo y se escapó inmediatamente abandonando a su suerte a la incauta cabra.
MORALEJA: Algunas personas, para ganar algo o salvarse no les importa perjudicar a otros, por lo cual cuando nos pidan hacer algo conviene prever las consecuencias y no actuar con imprudente ligereza.
Foto 7/80 - 19/03/2016 Monasterio de San Vicente de Fora.
Se puede subir a la terraza que hay sobre las cubiertas de la iglesia y, desde allí, disfrutar de una vista fenomenal de toda "la parte de Fora", es decir de lo que en su momento era "extramuros de Lisboa". También se puede mirar hacia abajo y ver los coches apretujados en el Largo de São Vicente.
Foto 8/80 - 19/03/2016 Saudade en Alfama. La señora del tetrabrik.
Dice la Wikipedia: Saudade (del portugués saudade) es un vocablo de difícil definición incorporado al español, empleado también en portugués y en gallego, que expresa un sentimiento afectivo primario, próximo a la melancolía, estimulado por la distancia temporal o espacial a algo amado y que implica el deseo de resolver esa distancia. A menudo conlleva el conocimiento reprimido de saber que aquello que se extraña quizás nunca volverá. El escritor portugués Manuel de Melo la definió en 1660 como "bem que se padece e mal de que se gosta" (bien que se padece y mal que se disfruta).
Me parece una excelentísima definición. La señora estaba justo al lado de la Iglesia de San Miguel, esperando a que abrieran. Sentada en un banco. Con un tetrabrik al lado.
Foto 9/80 - 19/03/2016 Revisando las fotos tomadas en Alfama.
Alfama es un barrio peculiar que recuerda mucho a un pueblo, o incluso a una aldea, donde todas las personas se conocen y se saludan entre sí. Claro que ahora también lo visitan muchos turistas, tanto portugueses como extranjeros, que andan por sus callejuelas intentando conseguir una buena fotografía. ¡Me encanta la cantidad de colillas que hay en el suelo!
Foto 10/80 - 19/03/2016 Alfama, vista desde el Mirador de Santa Lucia.
Desde el Mirador de Santa Lucía pueden verse bien, en primer plano, las casas del barrio de Alfama y, al fondo, el Monasterio de São Vicente de Fora y el Panteón Nacional.
Foto 11/80 - 19/03/2016 Estação Ferroviária do Rossio. Rua 1º de Dezembro.
Entrada al edificio de estilo manuelino por el que se accede a la Estación del Rocío.
Foto 12/80 - 20/03/2016 La guardia del Presidente de la República cruza frente al Monasterio de los Jerónimos.
Todos los terceros domingos de mes, a las 11 de la mañana, se celebra una tradicional ceremonia de cambio de guardia en el exterior de Palacio de Belém. Antes, los guardias desfilan - con sus caballos, sables, estandartes, uniformes, cascos, tambores, platillos y cornetas - frente al Monasterio de los Jerónimos.
Foto 13/80 - 20/03/2016 Monasterio de los Jerónimos de Santa María de Belém.
Detalle de una figura esculpida sobre un muro del claustro.
Foto 14/80 - 20/03/2016 Monasterio de los Jerónimos de Santa María de Belém.
Contemplando el espléndido claustro exuberantemente decorado con motivos manuelinos.
Foto 15/80 - 20/03/2016 Nuevo Museo Nacional de los Carruajes.
De la colección destaca este ejemplar raro de vehículo de viaje de Felipe II (III de España) construido entre los siglos XVI y XVII. Una de las carrozas más antiguas que se conoce. Su exterior está totalmente revestido en cuero rojo y, por sus características, se supone que debía ser tirado por seis caballos. La verdad es que no parece demasiado cómodo para hacer un viaje, por decir algo, de Madrid a Lisboa, especialmente si se transita por las carreteras de hace 400 años.
Foto 16/80 - 20/03/2016 Antiguo Museo Nacional de los Carruajes.
El antiguo museo está en un edificio diferente, aunque próximo, al del nuevo museo. Aquí la luz es mucho peor, pero, ya puestos, merece la pena visitar ambos museos y ver la colección completa.
Foto 17/80 - 20/03/2016 Grafiti tridimensional de Bordalo II en el Centro Cultural Belém.
Se trata de una producción del famoso grafitero lisboeta Artur Bordalo, más conocido como Bordalo II, por ser hijo de otro grafitero anterior que, obviamente, tenía su mismo apellido. El grafiti está realizado pegando sobre un par de muros del Centro Cultural Belém diferentes trastos viejos sacados de la basura. Siempre tengo serias dudas sobre si el grafiti es un arte o una gamberrada. En este caso no tengo ninguna duda: este extraño animal callejero es . . . ¡puro arte! Me gustó mucho.
Foto 18/80 - 20/03/2016 Torre de Belém.
Por fuera es una preciosidad, un ejercicio puro de arquitectura manuelina, pero por dentro . . . ¡no tanto! Su construcción fue iniciada en 1514, bajo el reinado de mi tocayo Manuel I de Portugal. Está situada justo en la desembocadura del río Tajo y desde arriba se tiene una buena vista del puente 25 de Abril, que sobrevuela el estuario de dicho río.
Foto 19/80 - 20/03/2016 Padrão dos Descobrimentos (lado oeste).
De izquierda a derecha: Pedro de Portugal, duque de Coímbra; Felipa de Lancaster; Fernão Mendes Pinto; Fray Gonçalo de Carvalho; Fray Henrique Carvalho; Luís Vaz de Camões (autor de Os Lusíadas); . . . y, al final de todo, el Infante Don Henrique, el Navegante.
Foto 20/80 - 20/03/2016 Clube de Fado. Rua Sao Joao da Praca, 94.
+351.218.852.704 www.clube-de-fado.com/es/.
Tiene fama de ser uno de los mejores sitios de Lisboa para escuchar fados. También tiene fama de ser uno de los sitios más caros de Lisboa para escuchar fados. No entiendo demasiado de fados, pero me gustaron los tres cantantes que escuché (dos mujeres y un hombre). Especialmente la última cantante (la de la foto siguiente) era muy buena. En cuanto al precio, no me pareció exagerado, especialmente teniendo en cuenta que sirven comida de una calidad más que aceptable. El propietario de este club es Mario Pacheco, un guitarrista (de guitarra portuguesa) y compositor de fados, que acompañó a Amália Rodríguez durante los últimos diez años de su vida. Me animé a ir a este local porque en una entrevista a Mario Pacheco le leí: "Los locales que había en Lisboa a mi no me agradaban. El fado era solamente un pretexto para atraer turistas . . ." (hace tres o cuatro años estuve en un local de Oporto escuchando fados y tuve esa sensación)
Foto 21/80 - 20/03/2016 Interpretando un fado.
Yo no entiendo demasiado de fados (ya lo decía antes, ¡y es verdad!). Pero escuchar algún fado que otro me gusta. El problema es cuando son demasiados. No puedo soportar tanta tristeza. Y no es que sea yo hipersensible, lo que pasa es que se trata de una tristeza tan triste . . . es como en las películas de miedo sobreactuadas, que al final no dan miedo. Esta chica, la de la boca abierta, cantaba muy bien y tenía una voz muy bonita . . . pero sobreactuaba (supongo que eso es algo inevitable si se cantan fados). Yo creo que la señora que estaba a la izquierda (según se mira la foto) estaba pensando exactamente lo mismo que yo: "Qué bien canta esta chica, pero cómo sobreactúa".
Foto 22/80 - 20/03/2016 La Sé (Santa Maria Maior de Lisboa) por la noche.
Es la iglesia más antigua de Lisboa. Su construcción se inició en el año 1147, pero luego el edificio ha sido modificado en varias ocasiones. Ha sobrevivido a varios terremotos. Actualmente su estilo es el resultado de una mezcla de distintas escuelas arquitectónicas de distintos siglos, pero a mí su fachada, desde el primer momento, me pareció que mantiene el estilo sencillo del Románico y, como a mí el Románico me gusta mucho, pues La Sé de Lisboa también me gusta mucho.
Foto 23/80 - 21/03/2016 Palácio Fronteira. Largo de São Domingos de Benfica, 1. Jardín, visto desde la galería
www.fronteira-alorna.pt/
Me recomendó mucho mi primo Carlos, que vivió dos años en Lisboa, visitar este palacio. ¡Se lo agradezco mucho! Se trata de una de las residencias más interesantes de todo Portugal. Fue construido en pleno siglo XVII por el primer Marqués da Fronteira, D. João de Mascarenhas y siempre ha estado habitado por sus descendientes. ¡Eso se nota, se ve que es un palacio en uso! Está rodeado por un magnífico jardín renacentista italiano, que presenta varias fachadas adornadas de estupendos azulejos portugueses y holandeses, originales del siglo en que el palacio fue construido.
Foto 24/80 - 21/03/2016 Palácio Fronteira Galería, vista desde el jardín.
En una zona elevada respecto del jardín hay una serie de paneles con azulejos que representan a catorce caballeros lanzados a todo galope. Se dice que doce de ellos serían caballeros ingleses y los otros dos caballeros de la familia de Mascarenhas.
Foto 25/80 - 21/03/2016 Palácio Fronteira.
La colección de azulejos de este palacio es espectacular. Uno de los temas más recurrentes son las diferentes disciplinas artísticas. En el jardín hay varias galerías con motivos alegóricos, realizados con azulejos clásicos del siglo XVII, dedicados a . . . en este caso la música.
Foto 26/80 - 21/03/2016 Palácio Fronteira.
Otra serie de murales, realizados en este caso con azulejos policromos, está dicada a la mitología griega. En esta fotografía se trata de una representación de Andrómeda, la gobernante de los hombres.
Foto 27/80 - 21/03/2016 Palácio Fronteira.
El guía nos pidió que no hiciéramos fotos en el interior del palacio, pero yo no pude resistir la tentación. Eso sí hice pocas fotos: Unas cuantas en la biblioteca del palacio, donde había un piano sobre el que estaban colocados algunos retratos familiares que me llamaron mucho la atención. Y otras pocas más a algunas paredes de un salón donde se reproducen, con azulejos, antiguas batallas entre portugueses y españoles.
Foto 28/80 - 21/03/2016 Palácio Fronteira.
En el interior del palacio hay varias paredes cubiertas con azulejos que representan escenas de batallas de la Guerra de Restauración (1640-1668). Según nos dijo la persona que hizo de guía: "Se trata de interpretaciones realizadas desde el punto de vista portugués, ¡naturalmente los españoles tienen otro punto de vista!". Por cierto, la cara del guía me resultaba familiar y, pensando, pensando, . . . creo que tenía un gran parecido con alguno de los retratos de los antiguos Marqueses de Fronteira que estaban colgados en otra sala del palacio.
Foto 29/80 - 21/03/2016 Palácio Fronteira.
La identificación de algunos azulejos se facilita bastante porque, en algunos casos, están escritos en ellos los nombres de los lugares donde tuvieron lugar las batallas o de los generales portugueses que jugaron algún papel importante en ellas. Supongo que en este caso se trata del asedio de Badajoz, que tuvo lugar en el año 1658: "Seis escuadrones comandados por Don João da Silva bloquearon la entrada y aislaron el fuerte de San Cristóbal, que sería después atacado por las tropas de Alfonso Futrado y de Simon Correa da Silva . . . "
Foto 30/80 - 21/03/2016 Palácio Fronteira.
La nobleza en general, no sólo la portuguesa, gustaba en el siglo XVII de escenas extravagantes, en las que algunos animales parodian el comportamiento humano. En el caso del Palacio Fronteira los animales predominantes son los monos y los gatos que, sorprendentemente, parecen estar muy interesados por la música clásica. En este caso se ve un mural realizado con azulejos en el que un gato toca la trompeta, mientras dos caballos tiran de su carroza.
Foto 31/80 - 21/03/2016 Palácio Fronteira.
En esta otra escena es un mono el que toca la trompeta, pero no lo hace con la boca. Me encantan estos monos irrespetuosos y travestidos en humanos.
Foto 32/80 - 21/03/2016 Oceanario de Lisboa (Pabellón de los Océanos).
El Oceanario de Lisboa no es tan espectacular como el de Valencia, pero está bien ambientado y resulta agradable de ver. Me gustaron unos . . . puede que sean rodaballos . . . que estaban semienterrados en la arena, de forma que pasaban casi inadvertidos.
Foto 33/80 - 21/03/2016 Oceanario de Lisboa.
Los diferentes acuarios del Oceanario están bien iluminados y ambientados.
Foto 34/80 - 21/03/2016 Oceanario de Lisboa.
Había algunas especies que me resultaron bastante curiosas, como este dragón marino. Creo que es de la misma familia que el caballito de mar. Los dragones marinos poseen largas prolongaciones, a lo largo de su cuerpo, que tienen forma de hoja.
Foto 35/80 - 21/03/2016 Oceanario de Lisboa.
De lo más curioso que vi en el Oceanario fueron estas anguilas jardineras. Se trata de un pez alargado y cilíndrico, que puede llegar a tener hasta medio metro de largo, y suele enterrarse en los fondos de arena limpia esperando allí a que pasen diminutos animales, o huevos flotantes, que les parezcan apetitosos.
Foto 36/80 - 21/03/2016 Oceanario de Lisboa.
Me llamó la atención este pez, creo que se trata de un Pteroirs volitans (pez león colorado), que es un pez venenoso originario de arrecifes de coral del Océano Índico.
Foto 37/80 - 21/03/2016 Recinto de la Exposición Internacional de Lisboa de 1998.
La mascota de la Expo de Lisboa se llamaba Gil y fue diseñada por el pintor António Modesto y por el escultor Artur Moreira. Todavía se puede ver por allí una reproducción en plástico de este diseño de discutible buen gusto. Arriba se puede ver la cabina de un teleférico que puede utilizarse para hacer un recorrido aéreo sobre todo el recinto ferial.
Foto 38/80 - 21/03/2016 Recinto de la Exposición Internacional de Lisboa de 1998.
Hay un paseo con numerosas fuentes muy vistosas, con forma de tronco de cono, a las que, según creo, se las llamaba volcanes de agua. ¡Son curiosas!
Foto 39/80 - 21/03/2016 Recinto de la Exposición Internacional de Lisboa de 1998.
El Pavilhão do Conhecimento (Pabellón del Conocimiento) se ha convertido en la actualidad en un moderno museo de ciencia y tecnología en el que, según creo, se suelen celebrar exposiciones interactivas.
Foto 40/80 - 21/03/2016 Recinto de la Exposición Internacional de Lisboa de 1998.
El Pavilhão Atlântico también fue construido para la Exposición de 1998 e, inicialmente, fue conocido como Pabellón de la Utopía, ya que en él se celebraba el espectáculo Océanos y Utopías. En la actualidad es el mayor pabellón de Portugal y tiene una capacidad de 20.000 personas. Me pareció digno de alabar el buen uso posterior que han dado los portugueses a las instalaciones que se construyeron para la Expo.
Foto 41/80 - 21/03/2016 Recinto de la Exposición Internacional de Lisboa de 1998.
Una de las sorprendentes esculturas de unas bañistas desnudas aparentemente flotando sobre un lago. No sé si están embarazadas o simplemente están gorditas. ¡Los escultores modernos, ya se sabe!
Foto 42/80 - 21/03/2016 Recinto de la Exposición Internacional de Lisboa de 1998.
El Centro Comercial Vasco de Gama es uno de los más modernos de Lisboa. Se encuentra en el Parque de las Naciones y cuenta con salas de cine, restaurantes, parking y más de 160 tiendas. Su arquitectura es acristalada, en consonancia con la Estación de Oriente, a la que se puede acceder directamente.
Foto 43/80 - 21/03/2016 Recinto de la Exposición Internacional de Lisboa de 1998.
Entrada de la Estación de Oriente, que fue inaugurada en 1998 para poder ser utilizada como parte de la Expo en el Parque das Nações. Fue proyectada por el arquitecto Santiago Calatrava, así que . . . tiene un look inequívocamente Calatrava.
Foto 44/80 - 21/03/2016 Concha D'Ouro. Rua Augusta 238.
Cómo estaba lloviendo decidimos no cruzar a Cacilhas y nos quedamos a cenar en La Baixa. Vimos un restaurante que tenía buena pinta. Al menos las langostas del escaparate parecían interesantes. Pedimos un arroz con marisco pelado y . . . no nos gustó demasiado . . . pero tampoco es cuestión de juzgar a un restaurante por un plato.
Foto 45/80 - 21/03/2016 Quinta dos Murças Reserva 2009.
Lo que si me gustó, ¡mucho!, fue el vino que nos recomendaron. Me gustó tanto que mereció la pena entrar a cenar en este restaurante, aunque sólo fuera por probar este estupendo vino. Además . . . ¡ya le tengo echado el ojo a un distribuidor de esta bodega en España!
Foto 46/80 - 21/03/2016 Praça de D. Pedro IV.
En realidad la Plaza del Rossio no se llama Plaza del Rossio. Ese era su antiguo nombre pero, en la actualidad, se llama Praça de D. Pedro IV . . . pero todo el mundo continúa llamándola Plaza del Rossio. No sé si será porque estaba iluminada, o puede que fuera por la botellita de Quinta dos Murças que nos habíamos pimplado, el caso es que ahora me gustaron las fuentes que antes había pasado por alto; así que saque una bolsita para sujetar sobre ella la cámara - no confiaba demasiado en mi pulso - e hice esta foto.
Foto 47/80 - 21/03/2016 Fabrica da nata. Praça Restauradores 62.
Los pasteis de nata son típicos de Belém, pero se pueden comprar en toda Lisboa. Incluso, yo diría, en todo Portugal. A pesar de todo, según me dijeron, es preferible comprarlos en una fábrica donde los hagan allí mismo, porque así estarán recién hechos. Camino de vuelta al hotel nos cruzamos con una de las "fabricas" que nos habían dicho que eran buena así que . . . ¡entramos!
Foto 48/80 - 22/03/2016 Elevador do Lavra (abajo). Calçada do Lavra.
Para subir a la zona alta de la ciudad, donde está el castillo, es recomendable utilizar el Elevador do Lavra: una especie de funicular con forma de tranvía, que parte cerca de la Avenida da Liberdade y sube hasta la calle Câmara Pestana, pero cuando fuimos estaba fuera de servicio. Por supuesto que subir andando hasta el castillo es posible, pero no es muy recomendable, así que decidimos ir hasta la Praça da Figueira, donde sale el tranvía 12, que también deja cerca del castillo.
Foto 49/80 - 22/03/2016 Igreja de São Domingos.
La antigua Iglesia de Santo Domingo fue construida inicialmente en el año 1241 y, en aquel momento, era la más grande de Lisboa. En el año 1531 un terremoto la destruyó, casi completamente. Su reconstrucción llevó muchos años, incluso siglos, ya que no se reinauguró hasta el año 1807. En 1959, una vez más, un fuego la dañó muy seriamente. En el año 1994 fue reinaugurada de nuevo, pero continúa manteniendo muchas huellas de aquel terrible incendio que le costó la vida a dos bomberos. Nada más entrar en la iglesia se nota un ambiente de reconstrucción inacabada que, a mi modo de ver, le da un gran encanto.
Foto 50/80 - 22/03/2016 Tranvía 12.
Los tranvías en Lisboa, a parte de una atracción turística, son un excelente medio de transporte. Resultan imprescindibles en una ciudad como está, llena de cuestas, falsos llanos, cuestas y más cuestas.
Foto 51/80 - 22/03/2016 Castelo de São Jorge.
Es uno de los monumentos más representativos de Lisboa, ya que sobresale, tanto de día como de noche, en plena cima de la colina de San Jorge. A pesar de sus once torres, de su zona arqueológica y de las excelentes vistas de Lisboa que se disfrutan desde la colina, no me pareció nada del otro mundo. Si hay que subir se sube, pero . . . .
Foto 52/80 - 22/03/2016 Museo del Castelo de São Jorge.
Lo que más me gustó del castillo fue el museo que hay en su interior. Es pequeño y no tiene demasiadas cosas, pero, aún así, me pareció interesante. Había bastantes objetos que llamaron mi atención, como estos azulejos de finales del Siglo XVII, en los que, por fin, se aclara la eterna duda sobre cuál es el sexo de los ángeles.
Foto 53/80 - 22/03/2016 Amalia Rodríguez en Alfama.
Bajar desde el castillo andando hasta el nivel del mar es mucho más sencillo que hacer el recorrido en sentido contrario. Además eso nos permitió volver a pasear por Alfama, lo que siempre resulta agradable. Así tuve ocasión de disfrutar de este grafiti con un retrato de Amalia Rodríguez, la Reina del Fado.
Foto 54/80 - 22/03/2016 El Claustro del Silencio.
De vuelta en La Baixa volvimos a visitar la vieja catedral de Lisboa y, como no había misa, pudimos entrar al claustro que está muy deteriorado, pero merece la pena verlo. Estaba en obras. Miedo me da que lo dejen todo nuevo, pero se carguen el esqueleto románico de este claustro al que, en algunos sitios, he visto que llaman "el Claustro del Silencio".
Foto 55/80 - 22/03/2016 Praça do Comércio (más conocida por Terreiro do Paço).
La plaza por excelencia de Lisboa es la Plaza del Comercio, más conocida como Terreiro do Paço. Allí estuvo durante un par de siglos el Palacio Real (cuando en Portugal había rey). Es una plaza enorme, desde la que se puede ver el catillo y, sobre todo, se pude ver el paisanaje lisboeta, que deja muy a las claras la relación de la metrópoli con sus antiguas colonias africanas.
Foto 56/80 - 22/03/2016 Praça do Município.
Me costó llegar a esta plaza. No porque esté muy escondida, sino por las obras que no dejaban pasar por ningún lado. Es una plaza mucho más pequeña que la del Comercio, pero es muy agradable para tomar un cervecita en un quiosco, desde el que se tiene una estupenda vista del Pelourinho, así como de la Cámara Municipal. El Pelourinho son tres columnas que se enredan entre sí formando una espiral. Fue reconstruido, tras el terremoto de 1755, y ha terminado por convertirse en uno de los símbolos mas reconocibles de la ciudad ya que, desde el año 1392, representa la autonomía de la justicia ciudadana. Algo así como un Fuero de la Ciudad.
Foto 57/80 - 22/03/2016 Frente a la Assembleia da República (antiguo Palácio de São Bento).
Estuve en la Asamblea de la República, intentando hacer un retrato a los militares que hacían guardia. Pero, en sus garitas, la luz era muy mala, así que me crucé enfrente para hacer un foto de un solar que se utilizaba como aparcamiento y sobre todo de un curioso grafiti que había en el edifico de al lado. Lo que más me gusta de los grafitis es que son efímeros, seguro que cuando vuelva a Lisboa este rostro con ojos de dos colores ya no existe.
Foto 58/80 - 22/03/2016 Praça do Pincipe Real.
Una zona de tiendas, con un ambiente muy agradable, en pleno Barrio Alto. Al lado de la plaza hay un jardín con unos árboles monumentales. ¡Me quedé con ganas de entrar en el jardín!
Foto 59/80 - 22/03/2016 Belcanto. Largo de São Carlos, 10.
+351 213 420 607 belcanto.pt
Por la noche estuvimos cenando en Belcanto, en pleno Chiado. Su propietario se llama José Avillez y es una de las grandes referencias de la nueva gastronomía portuguesa. Antes de viajar a Lisboa había leído nosédonde que se trata de uno de los 100 mejores restaurante del mundo. Además el chef tiene dos estrellas Michelin. También leí que es uno de los alumnos más destacados de Ferran Adrià. Después de todo esto uno va allí con la idea de: "¡no será para tanto!" . . . ¡Qué no será para tanto! . . . ¡Es para más! Me gustó muchísimo, tanto la comida como la bebida: una degustación de diez vinos, entre los que sobresalieron varios, como este estupendo blanco de la bodega de la Familia Horácio Simões.
Foto 60/80 - 23/03/2016 Elevador da Gloria (arriba). Rua de San Pedro de Alcántara.
La mejor forma de subir al Barrio Alto es utilizando el Elevador da Gloria, que nos deja justo al lado del Mirador de San Pedro de Alcántara. Probablemente este sea el más popular de los tres funiculares de Lisboa, ya que permite subir desde la Plaza de los Restauradores hasta uno de los barrios más visitados.
Foto 61/80 - 23/03/2016 Igreja de Sao Roque.
Lisboa está llena de iglesias. En el Barrio Alto la más importante es la dedicada a San Roque, que pertenece a la Compañía de Jesús. Tiene una fachada muy austera. En cambio el interior es muy rico, lleno de estatuas doradas, pinturas y azulejos de los siglos XVI y XVII.
Foto 62/80 - 23/03/2016 Barrio Alto. Rua do Diario de Noticias.
El Barrio Alto de Lisboa tiene dos partes muy bien diferenciadas: Una es elegante y está llena de tiendas y parques; la otra está formada por callejuelas estrechas, que suben y bajan, donde viven las clases más populares de la ciudad. Este señor estaba avivando el fuego para asar dos estupendos pedazos de carne, mientras tanto sus perros - y yo mismo - segregábamos jugos gástricos.
Foto 63/80 - 23/03/2016 A Brasileira.
Las cafeterías de Lisboa merecen mucho la pena. No sólo porque sirvan un excelente café, ¡que también!, sino por disfrutar de ese ambiente de cafetería tradicional, . . . antigua, . . . histórica. En este caso se trata de A Brasileira, a medio camino entre el Barrio Alto y el Chiado, que fue inaugurada por Adriano Telles el 19 de Noviembre de 1905. En este café, según decía su publicidad, se podía degustar el "genuino café brasileño" procedente del Estado de Minas Gerais (el mayor productor de café - y de leche - de todo Brasil). Ahora es un sitio muy visitado, tanto por turistas como por lisboetas, entre otras muchas cosas porque en su exterior hay una estatua de bronce de Fernando Pessoa, sentado en la terraza del Café A Brasileira, como si fuera un cliente más, disfrutando de un eterno café. El local es muy estrechujo y no demasiado cómodo, pero el café es bueno y da gusto estar en un sitio con tanta tradición. ¡Ojalá no tenga el mismo fin que los cafés tradicionales de Madrid!
Foto 64/80 - 23/03/2016 Igreja do Carmo.
Está en ruinas. Y ese es su principal encanto. La iglesia del Convento del Carmen era la principal iglesia gótica de Lisboa, pero quedó casi completamente destruida tras el terremoto de 1755, y así se ha quedado, convirtiéndose en uno de los principales recuerdos de aquel desastre. Actualmente, en su interior, se puede visitar un interesante Museo Arqueológico.
Foto 65/80 - 23/03/2016 Ginjinha en La Baixa.
El local originalmente llamado "Ginjinha” estaba en el Largo de Sao Domingos, era propiedad de un gallego, cuyo nombre era Espinheira que, dejándose aconsejar por un fraile de la Igreja de Santo Antonio, puso una cerezas en brandy y allí las dejó fermentar, añadiendo después azúcar, agua y canela. Esa especie de aguardiente de guindas terminó haciéndose muy popular en toda la ciudad y, en la actualidad, hay muchas Ginjinhas en todo Lisboa. Suelen ser bares pequeños y estrechujos, donde sólo se sirve este licor.
Foto 66/80 - 23/03/2016 Casa dos Bicos.
La Casa dos Bicos fue construida en el año 1523 para que sirviera de mansión de Brás de Alburquerque, hijo natural del conquistador Alfonso de Alburquerque. Por eso esta casa también es conocida como Casa de Brás de Alburquerque. El primer dueño de este edificio, antes de mandar construirlo, hizo un viaje por Italia y allí descubrió este estilo renacentista, que se caracterizaba por recubrir las fachadas de las casas con piedras talladas en forma de punta de diamante (los llamados "bicos"). En la actualidad es la sede de la Fundación Saramago.
Foto 67/80 - 23/03/2016 Alfama: "Los mirones son de piedra . . . ¡y dan tabaco!"
Eso se decía en mi barrio, cuando yo era niño y en alguna taberna había cuatro personas jugando a la cartas, normalmente al mus, y, a su alrededor, se agolpaban varios mirones que, por supuesto, ¡no debían decir ni esta boca es mía! Me acordé de eso cuando vi a cuatro personas jugando a las cartas en una calle de Alfama. Creo que por eso me gusta tanto este barrio: me recuerda a mi barrio de cuando yo era un niño.
Foto 68/80 - 23/03/2016 Museo del Fado: "O Fado", de José Malhoa.
Si yo pudiera llevarme un cuadro de este museo para colgarlo en mi casa creo que elegiría este. En él se refleja a la perfección la vida bohemia y canalla de la sociedad fadista de comienzos del siglo XX. Los protagonistas del cuadro son personas reales: Amâncio, un famoso guitarrista y cantante de fados de un barrio marginal y Adelaide da Facada, a la que, en el audio que me dieron en el museo, se la describe como "mulher de má vida, que exibia no rosto uma cicatriz desenhada a navalha".
Foto 69/80 - 23/03/2016 Museo del Fado: Fado censurado.
"Quando eu casar contigo / Tu vais de ver que perigo / Isso vai ser, óh: meu Deus. / Vai nascer todos os dias / uma porção de Marias / De olhinhos da cor do teus". Yo no tengo ni idea de portugués, pero creo saber cuales son las intenciones del protagonista de este fado censurado - supongo que durante la dictadura protuguesa de la segunda mitad del siglo XX - para cuando se case con María. ¡No me extraña que el censor lo tachara!
Foto 70/80 - 23/03/2016 Museo del Fado: "Somos Fado", de Pedro Guimarães.
En el Museo había una exposición temporal del pintor Pedro Guimarães, que ha utilizado materiales reciclados para retratar sobre ellos a los protagonistas más destacados del universo fadista. Hay que acercarse mucho a los cuadros porque, algunos de ellos, cambian según el ángulo con que se mira. Mientras yo me acercaba a uno, una chica hacia lo propio en otro cuadro al final de un pasillo: se agachaba para leer la cartela y luego se iba.
Foto 71/80 - 23/03/2016 Rua da Judiaria.
En la Alfama medieval, como en buena parte del resto de España, convivieron cristianos, judíos y musulmanes (no de una forma tan idílica como ahora nos gusta presumir, pero bueno, el caso es que convivieron). Una de las juderías de Lisboa se estableció en una pequeña área de la Alfama, en torno a la actual Rua da Judiaria. Este barrio fue prácticamente destruido por el terremoto de 1755, pero en su reconstrucción no se tuvieron en cuenta los nuevos esquemas urbanísticos del Marqués de Pombal, así que el barrio continúa siendo un auténtico laberinto de calles, callejones y escalinatas.
Foto 72/80 - 23/03/2016 Mercado da Figueira: Charcutería portuguesa.
Desde el año 1885 siempre existió un mercado cubierto en la Praça da Figueira, pero en los años cincuenta (del siglo XX) ese mercado fue demolido. Hace apenas tres años han vuelto a levantar, en el mismo lugar, un nuevo mercado en pleno centro de la plaza, donde se puede comprar, fundamentalmente, comida.
Foto 73/80 - 23/03/2016 Roupa de senhora, homem e crianca.
Cuando yo era niño los españoles íbamos a Portugal a por dos cosas: café y toallas. Antes de la globalización del mundo, Portugal era famosa por su excelente relación calidad/precio en todo tipo de tejidos y ropas para el hogar. Aún quedan tiendas en Lisboa con ese look típico de las antiguas tiendas de ropa. En este caso se trata de una tienda situada en el Largo de São Domingos, por lo que se mezcla el sabor de esas antiguas tiendas portuguesas de tejidos con el sabor a África.
Foto 74/80 - 23/03/2016 Ambiente africano.
Desde el siglo XV hasta el siglo XX existió lo que podríamos llamar un Imperio Hispano-Portugués. Además de Brasil, Portugal dominaba toda la costa africana, que era esencial para dar soporte a la ruta que permitía comerciar con el Lejano Oriente. Fruto de aquel dominio perduraron las colonias de Angola y Mozambique. El proceso de descolonización portugués fue como el español: ¡desastroso! No obstante quedan zonas en Lisboa, yo lo sentí especialmente en el Largo de São Domingos, en las que se aprecia un clarísimo ambiente africano.
Foto 75/80 - 23/03/2016 Eleven.
Para la última cena fuimos al Eleven a probar la cocina de Joachim Koerper. El Eleven es otro de los restaurantes destacados de la nueva gastronomía portuguesa aunque, en este caso, se trata de un restaurante de un chef alemán radicado en Lisboa. Tomamos un menú en el que todos los platos estaban basados en el bogavante azul portugués (más jugoso y sabroso que el bogavante canadiense): Ensalada de bogavante con calabaza, vainilla y emulsión de curry; crema de bogavante y mejillones; bogavante a la sal, con escarola púrpura y salsa de naranja; bogavante asado con espárragos, huevo y emulsión de jamón ahumado . . . por un momento pensé: "Me voy a cansar de tanto bogavante" . . . ¡pues no! Es más, me desagradó que la selección de quesos que vino a continuación no fuera de quesos de bogavante.
Foto 76/80 - 24/03/2016 Museo Calouste Gulbenkian.
Una de las muchas colecciones de este fenomenal museo es la de monedas griegas antiguas. Lo que más me sorprendió fue el estado de las monedas, que parecían recién salidas de la "Fabrica de Moneda". Todo el museo en general está puesto con mucho gusto y todas las piezas están perfectamente restauradas. El señor Gulbenkian comenzó a coleccionar monedas griegas antiguas desde que era un niño y las compraba en el Gran Bazar de Estambul. Hoy en día se puede decir que es la colección más completa y en mejor estado del mundo.
Foto 77/80 - 24/03/2016 Museo Calouste Gulbenkian.
Calouste Sarkis Gulbenkian fue un industrial, de origen armenio, que a lo largo de su vida reunió una enorme colección de arte de más de seis mil piezas, de las que sólo mil y pico están expuestas en el museo. Una de ellas es este vaso chino cubierto, de jade blanco quemado, de la dinastía Qing (siglo XVIII). Como siempre, perfectamente restaurado y expuesto con mucho gusto y muy buena iluminación.
Foto 78/80 - 24/03/2016 Museo Calouste Gulbenkian.
La colección de pintura europea del museo es espectacular. Está organizada en salas por países. Por ejemplo, la sala XI está dedicada a la "Pintura y escultura francesa" y allí se puede apreciar el gusto de la nobleza francesa, durante el siglo XVIII, por la pintura decorativa mitológica, con ligeras tendencia eróticas.
Foto 79/80 - 24/03/2016 Tomando el sol sobre las olas.
Aprovechamos las últimas horas en Lisboa para dar una vuelta por La Baixa y ver como la gente disfrutaba de una perfecta mañana soleada, tomando el sol como lagartos, sobre las olas serpenteantes del pavimento de la Plaza del Rossio.
Foto 80/80 - 24/03/2016 Buena gente. Gente tranquila.
Hacía mucho tiempo que no venía a Lisboa. Creo que la ciudad se ha modernizado mucho, pero continúa estando habitada por gente muy poco agresiva, muy amable y muy bien educada, en el sentido ciudadano de la palaba. Eso no ha cambiado. La gente de Lisboa continúa siendo igual que siempre. ¡Da gusto!
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