Reportaje de un Viaje
Fecha de publicación : 01 de Septiembre de 2006
Crucero por el Báltico 2006

Cuando estaba preparando este crucero por el Mar Báltico encontré algunos relatos de personas que habían hecho el mismo crucero en años anteriores. Esa información me resultó de gran utilidad, así que, en este caso, además de poner algunas fotos voy a incluir también un resumen del viaje por si le puede ser de utilidad a alguien que lo vaya a hacer en el futuro:

Crucero por el Báltico en el Star Princess


Día anterior al comienzo del crucero en Copenhague:

Aunque es perfectamente posible llegar a Copenhague el mismo día de comienzo del crucero es preferible hacerlo, al menos, un día antes. Esta llegada anticipada es recomendable por dos motivos: (1) Copenhague es una bonita ciudad a la que merece la pena dedicarle algo de tiempo antes de comenzar el crucero y (2) Es posible que las maletas se queden en el aeropuerto de origen y no lleguen hasta el aterrizaje del mismo vuelo del día siguiente. Esto le sucedió a una compañera de crucero, que venía de Asturias, y estuvo los cuatro primeros días sin recibir su equipaje. Así que, si es posible, lo mejor es llegar uno o dos días antes de comenzar el crucero.

Nosotros llegamos un día antes y las maletas llegaron correctamente. Para dirigirse a la ciudad desde el aeropuerto de Kastrup puede tomarse un taxi o el tren en una estación que está en el propio aeropuerto. Nosotros tomamos el tren. Es sencillo localizarlo porque está muy bien señalizado. El precio del billete es muy barato comparado con el del taxi y sólo se tarda 15 minutos en llegar a la Estación Central que en danés - lo siento no es mi culpa - se dice “Kobenhavns Hovedbanegard”. Es justo la siguiente estación después del aeropuerto. Así que sólo hay que fijarse en dos cosas: (1) Que estamos en la estación adecuada (hay tres en el aeropuerto y sólo una de ellas lleva a Copenhague) y que estamos en el andén adecuado (en caso contrario en vez de acercarnos a Copenhague nos alejaríamos). Lo mejor es confirmar con alguien que tenga aspecto de ser de Copenhague que vamos a tomar el tren adecuado en el sentido adecuado.

Después, desde la Estación Central al hotel, se puede ir de varias formas: Lo mejor es elegir alguno de los múltiples hoteles que están cerca de la estación. En nuestro caso el hotel estaba sólo a 100 metros de la estación, así que se pudimos ir andando.

(c) Mamuga
Foto 01
Copenhague : 02/08/2006
Nyhavn

Esa misma tarde aprovechamos para empezar la visitar a Copenhague. Un buen sitio para comenzar puede ser la calle Nyhavn. Es uno de los lugares más típicos de la ciudad, aunque también de los más turísticos. La mayoría de las casas de esta calle son del siglo XVIII y, en la actualidad, son utilizadas como restaurantes, cafeterías y bares, donde se puede tomar una cerveza (rica, pero cara).La calle está dividida en dos por un pequeño canal, del que salen la mayoría de los barcos que ofrecen recorridos por los canales de Copenhague. Es una excelente forma de tomar contacto con Copenhague y empezar a ubicar sus principales puntos de interés. No es una ciudad muy grande. Hay varios recorridos en barco, pero lo mejor es hacer uno de los más largos (dura una hora) y permite ver la ciudad desde el agua. Eso es lo que hicimos la primera tarde en Copenhague.

(c) Mamuga
Foto 02
Copenhague : 02/08/2006
Larsen Plads (vista desde el canal)

El recorrido por los canales termina en el mismo lugar en que empezó, es decir en la calle Nyhavn y, justo al lado de donde se desembarca está la plaza más grande e importante de Copenhague: la Kongens Nytorv. En el centro de la plaza hay una estatua de Christian V y, en una de sus esquinas hay un par de edificios muy antiguos que, en la actualidad, son el Teatro Real y la Academia Real de Bellas Artes. En nuestro caso tuvimos suerte porque coincidimos con una excelente exposición fotográfica al aire libre, las fotos estaban colocadas en unos expositores situados sobre la propia plaza. Se trataba de una colección de unas cien fotografías de gran formato sobre animales de los cinco continentes. Interesante. Supongo que, dado que los expositores eran permanentes, es probable que se celebren con asiduidad exposiciones en medio de la plaza.

(c) Mamuga
Foto 03
Copenhague : 02/08/2006
Vista desde el Canal

Para volver al hotel, siempre que esté cerca de la Estación Central, como era en nuestro caso, lo mejor es regresar por una calle (en realidad toma distintos nombre en cada tramo) que va desde la Kongens Nytorv hasta la segunda plaza más importante de Copenhague, creo que se llama Radhuspladsen, que más o menos puede traducirse por Plaza del Ayuntamiento. El ayuntamiento es espectacular y tiene un campanario que puede visitarse (nosotros no lo hicimos porque era de noche y estaba cerrado). En esa misma plaza hay varios restaurantes para cenar. Son caros, pero todo es caro en Copenhague. Cenamos en uno de ellos que tenía un mirador desde el que se veía el ayuntamiento.

(c) Mamuga
Foto 04
Copenhague : 02/08/2006
Exposición de Fotografía en Kongens Nytorv


Visita a Copenhague en el primer día de crucero, antes de embarcar:

El crucero sale por la noche, así que teníamos casi todo un día para continuar con la visita a Copenhague. Antes de salir de la habitación del hotel (el Radison SAS) ya pude tomar algunas fotos desde la ventana de la habitación, como era un piso alto desde allí se veía la calle Vesterbrogade (en la que se encuentra la entrada al Parque de Atracciones Tivoli) por donde pasaban numerosas bicicletas. Por lo que vimos, en la mayoría de las capitales nórdicas se utilizan con mucha frecuencia las bicis en parte porque son ciudades muy planas y, supongo que también porque, además de medio de trasporte pueden emplearse para quitarse el frío. Incluso en Agosto el tiempo es más bien tirando a fresquito. No está de más llevar un jersey por si acaso.

Antes de salir del hotel dejamos las maletas en consigna porque había que dejar libre la habitación antes de las 12 de la mañana y el embarque podía realizarse hasta las 7 de la tarde. Como queríamos aprovechar bien el tiempo preferimos dejar las maletas listas y la habitación libre bastante antes de que fuera la hora máxima para el check-out, además así podiamos tener todo el resto del día libre para continuar con la visita a Copenhague.

(c) Mamuga
Foto 05
Copenhague : 03/08/2006
Paso de peatones en Vesterbrogade

Desde primera hora de la mañana estuvimos recorriendo los principales lugares de la ciudad: Primero fuimos otra vez a la Plaza del Ayuntamiento y repetimos el mismo recorrido que habíamos hecho la tarde anterior pero en sentido contario, es decir desde la Radhuspladsen hasta la Kongens Nytorv, pero en este caso haciendo paradas para visitar dos iglesias importantes: la Vor Frue Kirke que es la Catedral, supongo que protestante, de Copenhague y tiene una impresionante estatua de Cristo, así como doce estatuas de los apóstoles; también entramos en la Helligands Kirke, que es mucho más pequeña, pero muy antigua e interesante.

Luego cruzamos un canal para ir a la isla de Slotsholmen, en la que se encuentran los dos edificios mas cargados de historia de la ciudad: el castillo construido en el siglo XII por el obispo Absalón y el antiguo Palacio Real, que en la actualidad alberga las oficinas del Folketinget (Gobierno y Parlamento de Dinamarca).

También fuimos a la preciosa plaza Amalienborg Plads, que tiene en el centro una estatua de Federico V y cuatro palacios simétricos que, en la actualidad, son la residencia de la Familia Real Danesa. Parece ser que cuando se encuentra algún miembro de la realeza en los Palacios se celebra allí un cambio de guardia. Justo al lado se encuentra una impresionante catedral luterana de mármol, denominada Frederiks Kirke que, según parece, fue construida siguiendo el mismo modelo que se empleó en la Basílica de San Pedro en Roma.

Luego, para terminar con lo mas típico, continuamos caminando hasta Esplanaden para ver dos monumentos esenciales de Copenhague: La Fuente de Gefion, que representa a una diosa que convirtió a sus cuatro hijos en bueyes cuando le prometieron que sería dueña de tanta tierra como fuera capaz de arar en una sola noche; y La Sirenita que, para su desventura, se encuentra siempre rodeada de una enjambre de turistas ansiosos de fotografiarse junto a ella, cuando no encima de ella.

(c) Mamuga
Foto 06
Copenhague : 03/08/2006
La pobre Sirenita

Después, aprovechado que está muy cerca del puerto, fuimos a ver un barrio en el que apenas había turistas. Se trata de Nyboder, que se caracteriza por estar organizado en varias calles estrechas formadas por hileras de viviendas amarillas exactamente iguales. Parece ser que se trata de unas casas que fueron construidas por Christian IV con la intención de animar a los marineros a que se instalaran definitivamente en Copenhague. Bueno, a lo mejor no son la atracción más importante de Copenhague, pero a mi me gustó un montón este barrio, entre otras cosas porque es muy, pero que muy, fotogénico.

(c) Mamuga
Foto 07
Copenhague : 03/08/2006
Casas del Nyboder

Para regresar hasta el hotel, donde teníamos que recoger las maletas antes de dirigirnos al barco, deshicimos todo del camino y, a eso de las 5 de la tarde ya estábamos de regreso. Como estábamos algo cansados porque todo el recorrido lo habíamos realizado a pie - aunque sea un poco duro así es como nos gusta conocer nuevas ciudades - decidimos tomar un taxi que nos llevara directamente hasta el puerto, hasta el muelle más lejano y grande porque el barco en el que íbamos a embarcar, el Star Princess, es sencillamente inmenso: ¡17 pisos de alto y cerca de 300 metros de largo!

Durante el embarque hay que tener en cuenta una cosa importante: al cumplimentar el impreso de check-in es fundamental marcar una casilla en la que se solicita que se cargen directamente en dolares todos los gastos correspondientes a las excursiones, bebidas y todos los gastos que se carguen en la tarjeta de crédito. En otro caso, si no se rellena esa casilla, el importe será convertido en euros, ¡e incrementado en un 3% por gastos bancarios!


Segundo día de crucero en plena navegación:

En contra de lo que pudiera parecer a simple vista, los días de navegación en los que no se desembarca en ningún puerto no son aburridos en absoluto. En el barco siempre hay mil cosas que hacer y, en el peor de los casos siempre se puede optar por la opción por defecto: ¡comer! Hay decenas de posibilidades: El desayuno bufete, una pizza peperoni antes del mediodia, una hamburguesa a media mañana, un perrito caliente de aperitivo, el almuerzo, bien formal o bien bufete, el te de las cinco con unas pastitas, otra pizza peperoni para merendar . . . Todo está incluido y no hay mas que pedirlo y comerlo.

Además, la dirección del barco se encarga de ofrecer ideas atractivas para que los pasajeros estén siempre entretenidos: teatro, cine, gimnasia, masajes, pin pon, casino, clases de baile, mini-golf, baloncesto . . . Una de las ofertas que más éxito tiene durante los días de navegación son los retratos formales. Hay varios fotógrafos que ofrecen la posibilidad de hacer retratos de distinto tipo y en distintas situaciones. Todo ello sin compromiso alguno. Luego ves tus fotos y si te gustan las compras y si no te gustan no. Con estas condiciones no es de extrañar que los fotógrafos estén muy ocupados durante todo el día.

(c) Mamuga
Foto 08
Star Princess: 04/08/2006
Retratos formales

Sin duda una de las ofertas de entretenimiento mas variada es la música. En el barco se puede escuchar música de todo tipo. Desde música clásica hasta pop, pasando por música latina, jazz, . . . y siempre en vivo e interpretada por excelentes profesionales. Algunos pasajeros, aprovechan la ocasión para simultanear la audición con la finalización de algún trabajillo pendiente en su ordenador. En el barco hay zonas WIFI para poder acceder a Internet desde cualquier ordenador personal de forma inalámbrica, eso sí, el coste es de 0,30 dólares por minuto y la velocidad de conexión y trasnmisión es sumamente lenta.

(c) Mamuga
Foto 09
Star Princess: 04/08/2006
Teclados

En el barco hay varios bares donde preparan, a un precio razonable, cualquier cocktail que se te pueda ocurrir. Así que una buena opción es tomarte un pelotazo mientras planeas las visitas del día siguiente, o escuchas música, o lees un libro . . . o lo que sea. Además puedes hacerlo a la americana, es decir cada uno como quiera, bien vestido de etiqueta o bien en pantalones cortos.

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Foto 10
Star Princess: 04/08/2006
Escuchando música

Durante el crucero hay dos noches de gala: la correspondiente a la cena de capitán y otra ¡porque sí! Para cenar esos días tienes que ponerte una corbata y una chaqueta, pero el esfuerzo bien merece la pena: ¡Langosta de primera calidad a tutiplén! Ese día abundan los trajes y las corbatas y, algunos se apuntan incluso al smoking y otras formas de etiqueta, como el sari en la caso las pasajeras indias. ¡Se me había olvidado decir antes de tanto pasajeros como turistas son, por su variedad, una de las atracciones del barco. Una noche le dije a un camarero mexicano que juntando a pasajeros y tripulación tenemos una plena representación de la ONU y él me respondió: “Sí. Pero los de la tripulación somos del grupo de los no aliados: filipinos, rumanos, ucranios, polacos, mexicanos, . . . “.

(c) Mamuga
Foto 11
Star Princess: 04/08/2006
La cena del capitan


Visita a Estocolmo en el tercer día de crucero:

Si alguien quiere conocer bien una ciudad lo mejor que puede hacer es irse un fin de semana largo, pero las cortas escalas de los cruceros no dan lugar más que a una aproximación superficial, así que no tiene sentido pretender conocer todo Estocolmo en un sólo día. De todas formas nos levantamos a las seis y media de la mañana para intentar aprovechar al máximo el tiempo disponible y, por esta misma razón, nos desplazamos desde el puerto de Nynashamn hasta Estocolmo en un servicio de autobuses ofrecido por la propia naviera. Era una excursión denominada “Stockholm On Your Own”. Simplemente te llevan y te traen. Preferíamos ver la ciudad por nuestra cuenta, pero recorrer los cincuenta y tantos kilómetros que hay entre el puerto y la ciudad por nuestra cuenta nos hubiera hecho perder un tiempo precioso. Lo mejor era el servicio de transferencia que te lleva de la “puerta” del barco al centro de la ciudad y viceversa, aprovechando todo el tiempo que el barco se encuentra atracado. ¡Además así no hay riesgo de llegar tarde y quedarse en puerto!

El autobús nos dejó frente al edificio de la Opera y lo primero que hicimos fue acercarnos al Sverigehuset, que es una oficina de turismo integral, donde se pueden conseguir mapas, planos, cambiar euros por coronas, comprar algún recuerdo y hacer pis. En Estocolmo hacer pis cuesta cinco coronas (unos setenta céntimos de euro) y, lo de menos es el dinero, lo que realmente cuesta es conseguir la moneda apropiada. Allí, en el Sverigehuset, los usuarios que salían aguantaban con la puerta abierta hasta que entraba el siguiente turista necesitado.

Luego, lo mejor es bajar por la Kungstradgarten que es una plaza donde se puede respirar el espíritu dominguero de la ciudad y, según se baja a la derecha está la Jacobs Kyrka, una preciosa iglesia que se empezó a construir en 1580 y que sin duda merece la pena visitar por dentro para ver, entre otras cosas, la relación que tiene esta iglesia con la Catedral de Santiago de Compostela.

Después nos fuimos a Stadshuset, el mayor proyecto arquitectónico sueco del siglo XX. Su construcción finalizó en 1923 y es sin duda el edificio más representativo de Estocolmo. Puede visitarse por dentro, para ver los salones dorados y azul, donde se entregan los premios Nóbel, pero la visita guiada comenzaba a las 11 y llegamos un cuarto de hora tarde, así que nos conformamos con verlo por fuera. Aún así fue muy interesante contemplar este máximo exponente del estilo romántico nacional sueco.

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Foto 12
Estocolmo: 05/08/2006
Stadshuset (Ayuntamiento)

Después nos dirigimos, a prisa y corriendo porque queríamos ver el cambio de guardia, al Kungliga Slottet, es decir al Palacio Real. Llegamos a tiempo, pero tampoco es que el cambio de guardia sea como para tirar cohetes. Nos dimos una vuelta para ver el Palacio por fuera porque si lo hubiéramos visitado por dentro no habríamos tenido tiempo para ver todo lo que queríamos de Estocolmo.

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Foto 13
Estocolmo: 05/08/2006
Kungliga Slottet (Palacio Real)

Nuestra siguiente visita fue la Riddarholms Kyrka que es un auténtico Sepulcro Real porque su interior está lleno de sarcófagos con los restos de varios reyes, algunos de ellos incluso medievales. Muy cerca de allí está el conocido como edificio más bello de Estocolmo: El Riddarhuset. Yo mas que el mas bello diría que es el mas barroco, pero bueno.

Luego nos pasamos por dos iglesias importantes: la Storkyrkan, que es la catedral de estilo barroco italiano con una famosa escultura de San Jorge y el Dragón en su interior y más de 700 años de antigüedad; la otra iglesia que visitamos fue la Tyskakyrkan, que es una iglesia alemana. Después de las dos iglesias fuimos hasta la calle Marten Trotzigs, que sólo tiene 90 cm. de ancho y es la mas estrecha calle de Estocolmo.

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Foto 14
Estocolmo: 05/08/2006
Marten Trotzigs Grand

Después tomamos una cervecita en la calle Stalukanalen, que es una de las mas comerciales de la ciudad. Y, para terminar, fuimos a la de comercial a calle comercial, y nos dirigimos a Drotningaatan, que también está llena de comercios de todo tipo. Y como ya era casi la hora de volver a autobús, pues nada más: por un lado una lastima porque Estocolmo es una ciudad grande y quedan muchas cosas por ver, pero por otro contentos porque estamos algo cansados.

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Foto 15
Estocolmo: 05/08/2006
Desacuerdo


Visita a Helsinki en el cuarto día de crucero:

Si alguien quiere hacer una cura de sueño y además visitar las ciudades en las que atraca el barco: ¡que no haga este crucero! Aquí, en Helsinki, es una hora antes que en Estocolmo; y como además nos acostamos tarde; y como además nos hemos levantado temprano, pues eso: ¡Qué tengo sueño!

El día que llegamos a Helsinki era domingo y había un mercado de artesanía en Etelaesplanadi. No sé si ambas cosas (domingo y mercado) deben ir unidas o si simplemente es una coincidencia, el caso que es un mercadillo interesante y está situado justo al lado del lugar donde nos ha dejado el autobús municipal que ha puesto el Ayuntamiento para trasladar a los pasajeros del puerto al centro de Helsinki.

Después del mercadillo hay dos iglesias que son los dos puntos de máximo interés de la ciudad: la Catedral ortodoxa rusa Uspenski, con cúpula en forma de cebolla, y la obra maestra de Engel, la catedral luterana Tuomiokirkko. Ninguna de las dos me defraudó. Entre una y otra dimos también una vuelta por Kruunun-Kaka, donde destaca el puerto deportivo que está en Pohjoisranta y unas cuantas calles tranquilas con edificios de rancio abolengo.

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Foto 16
Helsinki: 06/08/2006
Duendecillos en la calle Aleksanterinkatu

Luego dimos una vuelta por la Aleksanterinkatu, para subir después por Mannerhemintie, donde está la imponente Estación de Ferrocarril, el Parlamento y el Museo Nacional. Luego nos dimos un buen paseo hasta llegar al Parque dedicado a Sibelius, donde se encuentra uno de los monumentos mas visitados de Helsinki: el monumento de Sibelius.

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Foto 17
Helsinki: 06/08/2006
Monumento a Sibelius

Después bajamos por un bosquecillo para dirigirnos directamente a otra iglesia que prometía ser muy interesante: la Temppeliaukio Kirkoo, que fue construida a partir de un único bloque de granito recientemente, a finales de la década de 1960, pero desgraciadamente cuando llegamos estaba cerrada porque se encontraban en pleno oficio y no la volvían a abrir hasta pasada hora y media. ¡Demasiado tiempo para esperar!

Luego continuamos hasta una iglesia pequeñita que, según habíamos leído, también era interesante: la Vanha Kirkko. Pero también estaba cerrada, al menos pudimos ver como disfrutaban los fineses de una mañana solada en un parque no muy grande que había justo al lado de la iglesia.

(c) Mamuga
Foto 18
Helsinki: 06/08/2006
En el parque (cerca de Vanha Kirkko)

Para terminar nuestro recorrido por las iglesias de Helsinki, terminamos yendo a la Johanessen Kirkko, donde nos encontramos con que se estaba celebrando un discreto bautizo justo en ese preciso momento. De allí regresamos otra vez a la plaza de donde salían los autobuses especiales que iban justo al muelle en el que se encontraba atracado el Star Princess.

(c) Mamuga
Foto 19
Helsinki: 06/08/2006
Bautizo en Johanessen Kirkko


Visita a San Petersburgo en el quinto día de crucero:

En San Petersburgo el barco estaría atracado durante dos días. Además, para entrar en Rusia es necesario solicitar un visado salvo, eso sí, que las salidas del barco se realicen en una excursión organizada, en cuyo caso el propio justificante de la excursión sirve como visado. Por eso decidimos contratar una excursión de dos días que nos permitiría ver lo mejor de San Petersburgo sin demasiados trámites administrativos previos. En todo caso, en la primera salida es necesario entregar una fotocopia del pasaporte abierto por la página en la que está la fotografía. Es preferible llevar dicha fotocopia desde el lugar de origen porque, en caso contrario, habrá que hacerla en el barco donde cada fotocopia cuesta un euro.

Participar en excursiones organizadas tiene desventajas (pierdes libertad para realizar tu propio recorrido y tienes que adaptarse a un ritmo que no es el tuyo) pero también tiene ventajas. En este caso una de las ventajas se llamaba Irina, la guía. Irina hablaba un perfecto español y nos hizo muy agradable las visitas realizadas durante los dos días que estuvimos en San Petersburgo. Además, ir en un grupo proveniente de alguno de los grandes barcos que atraca en San Petersburgo tiene varios privilegios, entre los que no podemos olvidar la posibilidad de visitar el Ermitage un par de horas antes de su apertura al público en general. Esta ventajilla permite ver el museo sin tantas aglomeraciones como se producen a partir de la apertura oficial de sus puertas.

En San Pertersburgo es una hora mas que en Helsinki, además la excursión comenzaba a las siete de la mañana y, antes, había de desayunar opíparamente, así que las caras de sueño eran generalizadas a la hora de comenzar la excursión. La primera visita fue Petergof. Este Palacio y sus jardines justifican el apelativo que acompaña siempre al nombre de Pedro I, “El Grande”, que, después de viajar por toda Europa dio un cambio brutal a los usos y costumbres que por aquel entonces se llevaban en la impenetrable Rusia. Tras una importante victoria sobre los suecos Pedro El Grande decidió construir un Palacio enorme y moderno, y para ello contrató al gran arquitecto Jean-Baptiste Le Blond. El fruto del trabajo de Le Blond, y otros 5.000 trabajadores, siervos y soldados es este impresionante Palacio de Verano que no tiene nada que envidiar al mismísimo Versalles.

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Foto 20
San Petersburgo: 07/08/2006
Petergof. Palacio de Verano

Después volvimos al autobús para dirigirnos a la poco ortodoxa catedral ortodoxa de San Isaac. Es una de las catedrales más grandes del mundo y cuya construcción supuso un reto a la ingeniería de aquel tiempo. En la solución de este reto participó sustancialmente el ingeniero español Agustín de Betancour. Además de los iconos, San Isaac tiene una espectacular cúpula en cuyo centro se encuentra una paloma blanca que representa al Espíritu Santo.

Luego fuimos a comer a un restaurante en el que más que la comida lo más interesante fue la actuación de un grupo folk ruso en el que destacaba un rubia cantante, de rasgos bellísimos y piel blanca como la nieve. Supongo que como la nieve rusa.

(c) Mamuga
Foto 21
San Petersburgo: 07/08/2006
Cantante folclórica

Después, para terminar las visitas del día nos dirigimos a la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, cuya construcción fue el núcleo sobre el que se desarrolló el sueño de Pedro El Grande: una nueva gran capital abierta al Báltico y a Europa. No nos dio tiempo a visitar la Fortaleza completa y nos centramos exclusivamente en la barroca Catedral de San Pedro y San Pablo.

(c) Mamuga
Foto 22
San Petersburgo: 07/08/2006
La torre dorada de San Pedro y San Pablo


Visita a San Petersburgo en el sexto día de crucero:

El día siguiente hubo que madrugar incluso un poco más porque Irina nos dijo que la única forma de cumplir el programa era comenzar muy temprano. Lo primero que hicimos fue parar en la Plaza de San Isaac (donde está la Catedral de San Isaac) para disfrutar de la propia plaza a estas horas de la mañana en las que todavía no se encuentra demasiado concurrida. Luego hicimos un recorrido en barca por los canales de esta nueva “Venecia del Norte”, así la “encargó” Pedro el Grande. Desde el barco se obtiene una visión muy atractiva de los edificios y palacios de San Petersburgo.

La segunda visita que hicimos fue al Ermitage. En realidad el Ermitage no es un edificio, sino un amplio conjunto de edificios interconectados entre sí. Entre ellos, el más impresionante es el propio Palacio de Invierno que, tras la revolución, pasó a formar parte del propio museo. De la colección allí expuesta no se puede decir nada más significativo que los nombres de los autores allí presentes: Leonardo da Vinci, Rembrandt, Caravaggio, Goya, Velásquez, . . . y todos, todos los impresionistas franceses.

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Foto 23
San Petersburgo: 08/08/2006
Un retrato en el Ermitage

Luego fuimos a comer al Hotel Astoria donde, por fin aquí sí, pudimos probar comida rusa de calidad y, como no, también con un grupo que se encargaba de amenizar la comida con música típica rusa.

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Foto 24
San Petersburgo: 08/08/2006
Músicos rusos

Para después de comer, además de la parada diaria para comprar matruscas, caviar a buen precio (un 25% de lo que cuesta en los Establecimientos Mallorca de Madrid) y otras cosas típicas rusas, aún teníamos un par de visitas importantes programadas: La primera fue al Palacio Yusupov, donde fue asesinado Rasputín, y donde se puede apreciar el enorme poderío de esta aristocrática familia rusa.

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Foto 25
San Petersburgo: 08/08/2006
Una sala del Palacio Yusupov

La segunda visita de la tarde fue a la Iglesia de la Sangre Derramada, que se levanta en el lugar donde fue asesinado el zar Alejandro II y que es un ejercicio deslumbrante de color y policromías. En su interior se pueden apreciar una enorme cantidad de iconos, todos ellos restaurados tras los destrozos que se produjeron durante la revolución, cuando la iglesia fue utilizada como almacén de verduras, y en su exterior se pueden apreciar todos los elementos arquitectónicos típicos de una iglesia ortodoxa rusa. Todos, todos.

Después el autobús nos llevó de nuevo al puerto para embarzar en el Star Princess; justo media hora antes de que salieramos de San Petersburgo para dirigirnos a la capital de Estonia.


Visita a Tallín en el septimo día de crucero:

Tallín es una mezcla entre Ibiza y Toledo, pero con ambiente de república báltica. Afortunadamente esta noche recuperamos una de las dos horas perdidas así que, aunque también tuvimos que madrugar para aprovechar las escasísimas horas que el barco permanecería amarrado en el puerto de Tallín, esa mañana teníamos un poco menos sueño que en los días anteriores.

El puerto está muy cerca de la ciudad y, aunque también había un autobús que nos podía trasportar desde el barco hasta el centro de Tallín, pensamos que no merecía la pena esperar a que llegara el siguiente autobús y nos fuimos andando. Antes de salir del puerto había una oficina de turismo donde conseguimos algunos mapas de la ciudad y, en efecto, en menos de un cuarto de hora ya estábamos en una de las puertas de la muralla que da acceso a la ciudad.

En la mayoría de los puertos donde hicimos escala se podía conseguir un plano de la ciudad, de todas formas, antes de salir de Madrid, para preparar el viaje, ya habíamos localizado, de una u otra forma, un plano de cada ciudad en la que haríamos escala. Los mapas son la herramienta básica para preparar las visitas cuando se quiere aprovechar el tiempo y, simultáneamente, se opta por hacer las visitas por tu propia cuenta.

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Foto 26
Tallín: 09/08/2006
Transbordador con Helsinki

Lo primero que hicimos fue recorrer la calle Pikk, desde su final hasta su origen. Eso da ocasión de ver un buen número de cosas interesantes: las tres casas gemelas, a las que llaman las tres hermanas; la Oleviste Kirik, iglesia dedicada a San Olev con la torre más alta de la ciudad; la torre Pika Jaira Väravatorr y, varios edificios más.

Justo al final de la calle están las dos atracciones más importantes de la ciudad: la Alexander Nevski Katedral, de purísimo estilo ortodoxo en la que las mujeres entran a rezar con la cabeza cubierta; y el Toonpea Loss, castillo de origen medieval. Al lado de estas dos atracciones hay un par de miradores que permiten visualizar una buena parte de Tallín.

(c) Mamuga
Foto 27
Tallín: 09/08/2006
Turistas japonesas

Luego bajamos hasta la plaza central de Tallín, en la que se puede respirar el ambiente medieval-turístico de la ciudad. Esta plaza sellma Raekoda y en ella se encuentra el Ayuntamiento y un buen número de cafeterías y edificios antiguos muy bien conservados.

(c) Mamuga
Foto 28
Tallín: 09/08/2006
Vendedora

Otra visita que resulta imprescindible en Tallín es la típica calle Catarina Kaki y la antigua iglesia de St. Catherine’s. Luego, antes de deshacer todo el camino para regresar andando al barco paramos a tomar un café, unos chocolates y un licor típico de Tallín, que está muy rico, en una cafetería que, ya desde la calle, desprendía un agradable olor a café café.

(c) Mamuga
Foto 29
Tallín: 09/08/2006
Hell Hunt

A veces, a primera hora de la mañana o de la noche, en el propio camarote, se producen escenas muy fotogénicas, sobre todo si un poco de niebla ayuda a que todo aparezca mucho más misterioso y oculto. Esos momentos son ideales para sentarse tranquilamente para simplemente ver pasar el paisaje. Eso es lo mejor de los cruceros: tú y tus maletas no os movéis, lo que se mueve es todo lo demás.

(c) Mamuga
Foto 30
Tallín: 09/08/2006
Barco entre la niebla ligera del amanecer


Visita a Gdnask en el octavo día de crucero:

Durante la noche en que el barco viajaba desde Tallín hasta Gdansk recuperamos la segunda hora perdida. Al igual que en Estocolmo, habíamos comprado la excursión “Gdansk On Your Own” que simplemente consiste en un traslado desde Gdynia, la ciudad donde está el puerto, hasta el centro de Gdansk. Con el resto del día libre, hasta la hora fijada para regresar al barco.

El guía del autobús nos avisó de la existencia de numerosos ladrones especializados en bolsos, cámaras fotográficas, carteras y, en general, cualquier pertenencia de un turista. Nosotros no tuvimos ningún problema, ni siquiera tuvimos la sensación de que hubiera la posibilidad de ser robados pero por la noche, en el barco, circulaba el rumor de que había habido veinte pasajeros robados y, especialmente, a una japonesa le habían robado la cartera y había tenido que ir a un consulado para intentar conseguir algún papel que le perdiera desembarcar en el siguiente puerto.

Las calles Dlugi Tang y Dluga son una auténtica aglomeración de monumentos, edificios singulares, . . . : Allí, en apenas media hora, vimos una docena de cosas interesantes: La Puerta Verde, por la que entramos en el centro de la ciudad; La Casa de Oro; La Casa Nueva del Tribunal; La Fuente de Neptuno; El Ayuntamiento; La Puerta Dorada; La Residencia de la Hermandad de San Jorge; y un montón de casas importantes bastante bien conservadas.

(c) Mamuga
Foto 31
Gdansk: 10/08/2006
La mimo de la Fuente de Neptuno

Luego fuimos a la Gan Armería, que en la actualidad es un mercado, y bajamos otra vez hasta el río Motlawa por las calles Swietego Ducha y Mariacka.

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Foto 32
Gdansk: 10/08/2006
Río Motlawa

La calle Mariacka comienza en la Basílica de Nuestra Señora, que es el templo mas grande de ladrillo de toda Europa y, además, es la calle típica para comprar, porque está llena de tiendas de todo tipo, aunque en realidad, todo el centro de Gdansk es un gran mercado de tiendas donde se puede encontrar de todo.

Una cosa importante relacionada con las compras. Todos los países situados alrededor del Mar Báltico son famosos por poseer un ámbar de gran calidad, así que, desde Copenhague hasta Gdansk, en todas las escalas que realizamos había joyerías especializadas en piezas de ámbar. Aunque las piezas son muy parecidas en todos los sitios (las hay buenas y malas en todos ellos) los precios no son los mismos: ¡En Gdansk todo es mucho más barato! Da igual si hablamos de una simple cerveza o una pieza de ámbar. Por lo tanto no parece buena idea precipitarse en las compras de ámbar ya que aquí, en Gdansk, los precios son mucho más interesantes.

(c) Mamuga
Foto 33
Gdansk: 10/08/2006
Todo se vende y se compra

Luego subimos por la calle que va paralela al río Motlawa, donde, entre otras muchas cosas, hay una puerta grúa medieval muy interesante y volvimos a girar a la izquierda por la calle Podwale Stromieiski, hasta llegar a la Iglesia de Santa Catalina y el Gran Molino.

(c) Mamuga
Foto 34
Gdansk: 10/08/2006
El Gran Molino

Para terminar la visita a Gdansk, volvimos a bajar por la calle Kowalska, hasta llegar a la Estatua de Jan III Sobieski y continuamos hasta llegar otra vez a La Gran Armería, desde donde deshicimos el camino por las calles Dluga y Dlugi Tang.

Gdansk realmente es una preciosidad de ciudad, incluso al mismo nivel que Tallín, pero tal vez el crucero es demasiado corto y se amontonan las ciudades unas tras otras sin dar tiempo a reposar las cosas que vas viendo. En Gdansk sentimos un poco de saturación debido a la mezcla de museos, historias, reyes, edificios, ciudades . . . ¡Pero eso no es culpa de Gdansk! Sino del ritmo vertiginoso con el que nos va llevando el barco de un país a otro.


Visita a Berlín en el noveno día de crucero:

El puerto alemán donde atracamos fue el de Warnemunde que es el puerto de la ciudad de Rostock, a la que está prácticamente pegado y también el puerto que da acceso al mar a Berlín, del que sólo está a tres horas de tren. Hacer tres horas para ir y otras tres para volver es mucho tren para un solo día, ¡pero Berlín merece la pena!

Volvimos a contratar una excursión denominada “Berlin On Your Own” que incluía el tren de ida y vuelta y un corto trasporte en autobús desde la Estación de Ferrocarril hasta el centro de Berlín. Después de todo esto sólo nos quedaban cinco horas para Berlín que es una de las ciudades, en todos los sentidos, más grandes de Europa. Más que cinco horas esta ciudad merece cinco días. Volveré a Berlín. Pronto.

El autobús nos dejó justo al lado de la Gendarmen Marts, pue parece que es un plaza inspirada en la plazas renacentistas italianas, en todo caso una de las plazas más bellas que he visto en mi vida. Luego subimos para ver la Friedreich-Werdersche Kirche, pesando que era una iglesia, pero no, esta pequeña iglesia de ladrillo neogótico ya no es lugar de culto sino el Museo de escultura Schinkel. Se trata de un lugar no demasiado destacado en las guías turísticas, pero a mí me encantó porque la nave de la iglesia es un esplendido y extraño marco para las esculturas.

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Berlín: 11/08/2006
Friedrich-Werdersche Kirche

Luego recorrimos la Unter Den Lindem, que es un bulevar con muchísimos e importantes edificios cargados de historia, incluyendo la mítica Universidad Humoldt donde se “producen” Premios Nóbel como churros. Al final de la Unter Den Lindem se encuentran muy juntitos otros dos elementos clave de esta ciudad: La Puerta de Bradenburgo y el Reichstag.

A continuación bajamos por Ebertstrasse para ver el polémico monumento a los Judíos Asesinados en Europa, diseñado por Peter Eisenman a base de monolitos de piedra gris semejantes a tumbas situadas a distinto nivel. Desde allí seguimos hasta la Potsdamer Platz, que era una famosa plaza berlinesa en la década de 1920 y fue trasformada en un desolado descampado de tierra de nadie tras la segunda Guerra Mundial y reconvertida, de nuevo, en un de los lugares mas vivos de Berlín tras la caída del muro.

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Berlín: 11/08/2006
El muro en Potsdamer Platz

Desde allí pensábamos haber ido a otra zona interesante de Berlín: los alrededores de la calle Kurfurstendamm, pero, a mitad de camino nos dimos cuentas de que iba a ser imposible ver todo lo que teníamos planeado en tan sólo cinco horas y nos dimos la vuelta para continuar por Leipzinger Strasse, donde encontramos un mural, procedente del Berlín Soviético de antes de la caída del muro.

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Berlín: 11/08/2006
Mural comunista

Después subimos por Friedrichstrasse, donde están las famosas Galerías Lafayette y otras muchas tiendas de primeras marcas mundiales. Caímos en la tentación y entramos en las Galerías Lafayette y, volvimos a caer en la tentación y entramos en un típico restaurante, creo que se llamaba Maximilian’s, para tomar un surtido de salchichas con abundante cerveza. Ambas cosas estaban bien, pero sin ser nada del otro jueves.

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Berlín: 11/08/2006
Claudia Hilse

Con el poquito tiempo que nos quedaba para volver a tomar el autobús, decidimos invertirlo en volver a saborear el bulevar Unter Den Lindem y la Gendarmen Marts. ¡Fue una buena decisión! En el tren de vuelta ya estábamos buscando un fin de semana largo para regresar a Berlín.


Visita, de nuevo, a Copenhague en el decimo día de crucero:

La penúltima parada del barco fue en el puerto de Helsingor, a sólo unas decenas de kilómetros de Copenhague. Se trataba sólo de una escala técnica de dos horas para que desembarcan las personas que tenían contratada una excursión a esta ciudad, donde Shakespeare situó el castillo danés de Hamlet. Nosotros, con siete ciudades ya teníamos bastante y decidimos emplear esas horas en estar tranquilos en el barco y en empezar a reorganizar la maleta.

Cuando, dos horas mas tarde llegamos a Copenhague llovía y hacía bastante viento pero, en todo caso decimos ir andando desde el puerto hasta la ciudad. La verdad es que era un camino largo y poco interesante desde el punto de vista turístico, pero a veces así se descubren rincones que no vienen en ninguna guía pero que pueden ser interesantes.

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Copenhague: 12/08/2006
Tres casas sencillas

Lo primero que vimos, después de entrar en la ciudad propiamente dicha fue el Kastellet, una fortaleza con forma de estrella construida por Christian IV y que actualmente es utilizada por el ejercito de tierra danés pero, no obstante, puede ser visitada sin más que mantenerse alejado de las instalaciones específicas de los militares.

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Copenhague: 12/08/2006
Charlando en la entrada al Kastellet

Luego continuamos hasta Rosenborg, que es un castillo-palacio edificado por Christian IV hace justo cuatrocientos años, en 1606.Parece ser que los planos de los edificios los realizó el propio rey y allí están expuestas varias colecciones reales, entre las que me gustó especialmente la colección de tapices pero, además de las colecciones, el propio edificio es muy sencillo e interesante. También entramos en la Sala donde se muestra el Tesoro de la Familia Real.

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Copenhague: 12/08/2006
Tapiz de Rosenborg

Después de visitar Rosenborg regresamos, también andando, hasta el puerto. Nos animamos porque había dejado de llover y el paseo era muy agradable. Aproveché para hacer unas últimas fotos en Nyboder, ¿había dicho antes que me gusta mucho este barrio? ¡Creo que sí!

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Copenhague: 12/08/2006
Nyboder

Por la noche, antes de las 22:00 tuvimos que dejar las maletas, con una etiqueta que indicaba nuestro medio de trasporte al aeropuerto. Inicialmente pensábamos ir por nuestra cuenta en un taxi, pero algún pasajero nos recomendó que contratáramos el transporte en autobús desde el barco porque el precio era más o menos el mismo que un taxi y al día siguiente se produciría el desembarco de más de cinco mil personas (del Star Princess y otro barco también enorme con el que coincidimos) y dado que en Copenhague hay pocos taxis podría ser complicado conseguir uno.

Además, justo un par de días antes se había descubierto un complot para hacer explotar no sé cuantos aviones a la vez, así que las medidas de seguridad en el aeropuerto podían se espectaculares y, por lo que habíamos visto en la televisión del camarote, muchos aeropuertos estaban al borde del colapso total.


Desembarco en el decimoprimer día de crucero:

A eso de las 9 de la mañana salimos del barco en autobús con dirección al aeropuerto. Nuestro vuelo salía a las 15:15, así que no había problema de tiempo. Pero . . . antes de llegar al aeropuerto, los autobuses en los que íbamos un buen grupo de pasajeros del barco pararon en unas salas que estaban a unos tres o cuatro kilómetros del edifico Terminal. Nos dijeron que como éramos muchos y aún faltaba bastante para la salida de nuestro avión, y las medidas de seguridad estaban reforzadas, era preferible que esperáramos ahí hasta dos o tres horas antes de salida de nuestro vuelo. Se disculparon en nombre del aeropuerto y pusieron a nuestra disposición un servicio de café y pastas danesas que nos hicieron pasar el tiempo agradablemente. Además allí estábamos mas cómodos que en el congestionado Terminal.

El problema es que cuando pudimos ir al Terminal para facturar nos dimos cuentas de que la plácida espera había sido un inmenso error (inducido por el personal del aeropuerto). El aeropuerto estaba completamente colapsado y las colas para facturar eran tan largas que, haciendo un cálculo optimista, no finalizaríamos el tramite de la facturación hasta un par de horas después de que nuestro avión hubiera despegado. Además la gente estaba nerviosa por tanta espera e incomodidad y no parecía nada dispuesta a hacer un favor a nadie que estuviera con el tiempo justo que, por otra parte, éramos multitud.

Pero todo se solucionó gracias a “los Curros”.

De las casi tres mil personas que íbamos en el crucero, unos noventa éramos españoles. Apenas coincidimos con ellos, excepto en la excursión de San Petersburgo que, al ser en español, reunió a todos los pasajeros hispanohablantes. Entre los españoles había un grupo de unas diez personas que venían todos juntos desde Málaga. Yo los llamaba "los Curros" porqué así se llamaban dos de ellos, que eran padre e hijo. Ellos no contrataron el servicio de transporte en autobús sino que tomaron un par de taxis en el puerto y fueron directamente al aeropuerto, de forma que cuando nosotros llegamos al caótico Terminal tenían una excelente posición en la cola de facturación. Ellos nos metieron dentro de su grupo y, gracias a eso pudimos facturar a tiempo. Si no llega a ser por "los Curros" hubiéramos perdido el avión.

Como resumen, el crucero fue interesante y cómodo. Creo que repetiré y realizaré otro crucero. Eso sí, no antes de tres o cuatro años. Espero que este texto, que al final ha quedado demasiado largo, pueda ser de utilidad para quien esté pensando en realizar este mismo crucero en próximas temporadas.


Escrito en Mallorca, en la segunda quincena de agosto de 2006, durante unas vacaciones para descansar de las vacaciones del crucero.

 
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