Artículo fotográfico
Fecha de publicación : 27 de Diciembre de 2016

Belén Quiteño del Convento de Las Carboneras


He aprovechando estas vacaciones navideñas para ir a ver algunas de esas pequeñas cosas interesantes que, a pesar de haber vivido siempre en Madrid, habían permanecido ocultas para mi hasta ahora. Una de ellas ha sido el belén barroco quiteño del Monasterio del Corpus Christi.

No se sabe a ciencia cierta la procedencia de este pequeño belén, ni cómo llegó a este monasterio. Lo que sí se sabe es que se conserva en este convento de las Monjas Jerónimas desde su fundación en el año 1605. Así que, con toda seguridad, se trata de una obra realizada a finales del siglo XVI.

También se sabe que es un belén, de origen ecuatoriano, que fue modelado en Quito con reminiscencias de la escuela sevillana. Lo cual parece lógico, ya que buena parte de los misioneros españoles que viajaron a las américas era andaluces y mantuvieron la costumbre de instalar Nacimientos en Navidad, tal como se hacía en España.

Lo más probable es que estas figuran viajaran a España por algún motivo desconocido y que, posteriormente, formaran parte de la dote de alguna novicia que ingresó con ellas en el convento. Lo cierto es que desde hace tiempo, solamente durante unas pocas semanas al año, se monta este belén en la iglesia del convento que, popularmente, se conoce como el Convento de las Carboneras.

Hay dos personajes sumamente interesantes en este belén: El Caballero de la Estrella y el Heraldo: El primero de ellos porta la estrella que guía a los magos hacia el portal y el segundo anuncia, con su trompeta, la llegada del Rey de Reyes, a lomos de un brioso corcel. Estas dos figuras eran típicas en los Nacimientos españoles de la época de los Austrias, pero desaparecieron en los posteriores nacimientos napolitanos del tiempo de los Borbones. Por lo que no es fácil encontrarlos en ningún nacimiento moderno.

Otra cosa que llama mucho la atención en este Belén es la calidad de sus figuras, que están hechas de madera policromada y tienen la teatralidad típica de estilo barroco, “congelando” muy bien el movimiento de los personajes, como puede verse, especialmente, en las manos de la Virgen y de San José.

Existe una clara desproporción entre los tamaños de las figuras, que parecen realizadas por su autor anónimo en tres escalas diferentes: una para el Niño, otra para la Virgen y San José y otra más para el resto de los personajes. Esta diferencia de escalas es sin duda intencionada y pretende reflejar la importancia de cada una de ellas dentro del Belén.


(c) Mamuga

Belén Quiteño del Convento de Las Carboneras


(c) Mamuga

Detalle del Belén: El Caballero de la Estrella y el Heraldo.


 
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