Artículo fotográfico
Fecha de publicación : 1 de Septiembre de 2011

Retrospectiva de Steve McCurry en el Casal Solleric de Palma de Mallorca


Cuando José Ignacio Pozuelo, director de ingeniería de la empresa donde trabajo se jubiló, donó su colección de revistas del National Geographic a la Biblioteca. Lupe Sanz Bueno, la bibliotecaria, que hace todo lo que está en su mano para que los libros circulen y se lean, avisó de la adquisición para que la noticia llegara a los posibles interesados. Dado que por su temática las revistas no tenían hueco en una biblioteca de ingeniería, se pondrían a disposición de quien estuviera realmente interesado.

Yo me puse a buscar inmediatamente la revista en cuya portada se publicó el retrato de la muchacha afgana de Steve McCurry. No sé por qué esa fotografía estaba entre las imágenes que se han ganado un hueco de memoria perenne en mi cabeza. ¡Y la encontré! En la portada del número 6, del volumen 167 de la revista National Geographic, de Junio de 1985, aparecía la fotografía que estaba buscando. Desde entonces tengo esa portada enmarcada. Puede que haya reproducciones de mayor calidad, ¡pero esa fue la portada donde la foto se vio por primera vez!

Hace apenas un par de semanas estaba yo tomándome un lumumba en la terraza de El Marítimo, con todo el puerto de Cala Ratjada delante de mí, cuando recibí una llamada de Antonio Rascón, que me recordaba que en El Casal Solleric de Palma de Mallorca había una exposición retrospectiva de Steve McCurry. Así que el siguiente fin de semana nos fuimos a Palma a ver la exposición. Por cierto aprovechamos para comer en La Gran Tortuga, en Cala Fornells, ¡que pedazo de restaurante!: ¡Qué gambas rojas de Soller! ¡Qué terrina de foie-gras hecha en la casa! ¡Qué lubina a la sal! ¡Qué postre a base de chocolate con sal y aceite! . . .

Pero volvamos al tema que nos ocupa, el Casal Solleric es una de las últimas casas señoriales, de inspiración barroca, que se edificaron en Palma a mediados del siglo XVII. Sus propietarios, la familia Morell, lo quisieron convenir en lugar de encuentro de artistas y escritores y, en 1985, se llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento para que fuera sede de un Centro de Exposiciones y Documentación del Arte Moderno. El casal cuenta con diferentes espacios, donde se organizan eventos: la planta baja, el entresuelo, la llamada planta noble. Todos ellos impresionan por su sencillez. Simplemente paredes blancas desnudas y suelo de un tono gris perfectamente neutro.

Hasta el día 4 de septiembre de este año, en la Planta Noble del Casal Solleric, puede verse una exposición con los mejores retratos y paisajes humanos fotografiados por Steve McCurry a lo largo de los últimos 27 años. El propio McCurry, en la presentación de la exposición, dijo textualmente:

"En mi trabajo lo más importante es que las fotografía sean individuales. Hago los reportajes que me asignan, y por supuesto las fotografías deben estar colocadas con una coherencia. Pero lo crucial es que cada una de ellas tenga sentido por sí sola, que tenga su propio lugar y sentimiento".

Al leer estas palabras me acordé de Antonio Rascón, gracias a cuya llamada telefónica estaba yo allí, porque en varias ocasiones, cuando le he sugerido que haga series fotográficas en vez de fotografías perfectamente individuales e independientes, él siempre me ha respondido de una forma bastante parecida a lo que dijo McCurry en la presentación de su exposición, es más, yo creo que Antonio es, en ese aspecto, incluso mucho más radical que el estadounidense: “¡Cada foto debe ser diferente!”.

McCurry estudió fotografía en la Universidad Estatal de Pensilvania, luego estuvo trabajando un par de años para un periódico norteamericano, hasta que tomó la decisión de marcharse a la India para trabajar como fotógrafo free lance. Su salto a la fama tardó algunos años en llegar. El reconocimiento internacional le llegó a McCurry al ser el primer fotógrafo que tomó imágenes durante la contienda ruso-afgana. Desde entonces el motivo casi omnipresente en sus fotografías ha sido la guerra o, en realidad, más que la guerra propiamente dicha, sus consecuencias sobre la vida de las personas.

Las fotografías que se presentan a continuación son algunas reproducciones - cinco - de las fotos de la exposición, así como algunas imágenes - otras cinco - de ambiente. En cuanto a las primeras debo reconocer que no son reproducciones de demasiada calidad (en realidad sólo son fotos de las fotos, tomadas con una Canon Powershot G9, con demasiada sensibilidad, para no tener que utilizar el flash) pero tengo que decir que, en mi opinión, tampoco las reproducciones expuestas en el Casal Solleric son de demasiada calidad. En cuanto al ambiente: ¡inmejorable! El espacio expositivo me gustó muchísimo, había suficiente público como para no sentir que la exposición estaba desangelada, y suficientemente poco como para poder ver las fotos con tranquilidad. La exposición es muy completa, en cuanto al número de fotografías presentadas y la inmensa mayoría de las fotos son estupendas. ¡Me gustó mucho!


(c) Mamuga


(c) Steve McCurry


(c) Steve McCurry


(c) Steve McCurry


(c) Steve McCurry


(c) Steve McCurry


(c) Mamuga


(c) Mamuga


(c) Mamuga


(c) Mamuga


(c) Mamuga


 
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