Artículo fotográfico
Fecha de publicación : 27 de Abril de 2003

Nueve ideas básicas sobre Composición Fotográfica (Nueve imágenes de Sri Lanka)

Hacer una buena fotografía está al alcance de cualquiera, en principio solo es necesario conjugar tres elementos fundamentales: Un sujeto interesante, una iluminación adecuada y una composición apropiada.

Este artículo está dedicado exclusivamente al tercero de dichos elementos, así que nos limitaremos a analizar los principios básicos de una buena composición. Intentaremos dar una serie de reglas muy sencillas, que pueden aplicarse de forma individual (una regla en cada foto) o múltiple (varias reglas en una única foto). Junto con cada una de las reglas, además de la correspondiente consideración, veremos también un ejemplo fotográfico que ilustre el factor analizado y, para ello, hemos utilizado imágenes de una de las islas más fotogénica que existen en el mundo: Sri Lanka.

En los siguientes párrafos vamos a describir nueve principios de gran utilidad para realizar composiciones fotográficas efectivas, no obstante, una vez conocidas y dominadas las nueve técnicas que expondremos, el fotógrafo sólo debe realizar dos cosas: Olvidarlas y/o combinarlas. De hecho, las reglas solo sirven como punto de partida para después, atendiendo a las situaciones que se presenten, dar rienda suelta a la composición que se determine intuitivamente, sin sometimiento a ninguna legislación externa.



(1) Un punto de interés

Antes de tomar una fotografía el fotógrafo debe identificar un punto de interés. Una vez determinado éste, se debe elegir una composición que resalte el motivo sobre el que se "construye" la imagen. En principio no es imprescindible que se determine físicamente un único punto, sin embargo si es conveniente que se elija un único "mensaje" y esto, normalmente, conduce a un punto físicamente único.

Una excelente manera de ejercitar esta idea básica consiste en analizar fotografías publicitarias. En ellas todo el trabajo de producción está destinado a la transmisión visual de un único producto, para lo que siempre se persigue resaltar un punto de interés.

En el primer ejemplo de la serie de imágenes de Sri Lanka que utilizaremos para resaltar las ideas presentadas, nos vamos a centrar en una fotografía tomada en el orfanato de elefantes de Pinnawela. La mayoría de los visitantes eran niños con uniformes al más puro estilo colonial británico. Desde luego que los niños habían ido para ver a los elefantes, pero los extranjeros que paseábamos por allí también resultábamos una excelente diversión. No creo que sea necesario indicar cual es el punto de interés de la fotografía.

Foto 1: Un punto de interés / (c) Mamuga

Foto 1: Un punto de interés



(2) Un punto de vista

La mayoría de las fotografías que resultan ganadores en los principales concursos fotográficos, además de otras excelencias, presentan una imagen tomada desde un punto de vista original. Esto se debe a que la modificación del lugar en que se encuentra el objetivo de la cámara, respecto del lugar habitual desde donde se suelen observar las cosas, produce efectos drásticos, cuando no dramáticos.

La forma de lograr un punto de vista original es bien sencilla, vale con bajar, subir, inclinar, ...., la cámara. La variedad de movimientos es ilimitada y solo se requiere que el fotógrafo perciba otras formas de ver las cosas distintas a la que le proporciona la situación de sus ojos sobre la cara y la humana costumbre de andar erguido.

El producto agrícola por excelencia de Sri Lanka es el coco. Cerca de la capital existe una enorme plantación de cocoteros que, tanto por su altura como por la desnudez de sus largísimos troncos resultan fascinantes. El impacto de estos arboles aumenta notablemente si cambiamos el punto de vista, de forma que la cámara se sitúe pegada al tronco y enfocada directamente hacia la copa. La utilización de un gran angular acentúa el efecto, haciendo que las partes cercanas al objetivo aumenten desproporcionadamente su tamaño y, por si fuera poco, se refuerza la imagen mediante la subexposición.

Foto 2: Un punto de vista / (c) Mamuga

Foto 2: Un punto de vista



(3) La Regla de los Tercios

La regla de los tercios se basa en la antigua teoría de que los ojos del espectador se dirigen intuitivamente hacia cierta parte de cualquier escena contemplada. Existen cuatro punto de máximo interés que se ubican en las intersecciones de cuatro líneas imaginarias. Estas líneas se determinan dividiendo el área de la imagen en tercios tanto vertical como horizontalmente. En principio se puede elegir cualquiera de estos cuatros puntos para situar sobre él el objeto que se quiere destacar.

Para determinar cual de los cuatro puntos resulta preferible habrá que tener en cuenta el resto de elementos, además del objeto principal, que aparecerán en la imagen. En algunos casos, sobre todo en fotografías complejas donde existen varios centros de interés, para mejorar la composición puede optarse por situar algunos de los elementos en cualquiera de las líneas imaginarias, en vez de un punto de intersección. En cualquier caso, las líneas deben ser utilizadas para situar sobre ellas elementos lineales, como puede ser el horizonte, un árbol, etc. Esta situación producirá un descentramiento relativo que redundará en una composición más atractiva.

A unos setenta kilómetros al norte de Colombo se encuentra el pueblecito de pescadores de Negombo. Sin duda es un autentico paraíso para cualquier fotógrafo, tanto la luminosidad como el pintoresquismo de sus habitantes permite obtener imágenes de gran belleza. En la fotografía adjunta existen varios elementos importantes: Las tres señoras que están colocando el pescado y los distintos grupos de peces ya colocados dan lugar al menos a seis elementos distintos que, aunque con distinto peso, todos resultan interesantes. Si trazamos las cuatro líneas imaginarias postuladas por la regla de los tercios, veremos como la mayoría de estos elementos se sitúan sobre ellas.

Foto 3: La Regla de los Tercios / (c) Mamuga

Foto 3: La Regla de los Tercios



(4) Diagonales

Las dos diagonales de la imagen, tanto en su formato vertical como horizontal, aportan un aspecto dinámico y, en algunos casos, llegan a dar una sensación de profundidad. Para sacar partido de este efecto sólo se requiere situar elementos lineales de la imagen sobre dichas diagonales. Carreteras, ríos, vayas y otras cosas por el estilo pueden ser ubicadas sobre una diagonal lográndose así la composición deseada. De todas formas, no es necesario disponer de elementos lineales para "dibujar" una diagonal sobre la fotografía, en algunos casos es posible disponer sujetos u objetos en dicha diagonal para que produzcan exactamente el mismo efecto.

Para conseguir cubrir una diagonal existen dos posibilidades: Mover los objetos de forma que se sitúen sobre la diagonal o, en la mayoría de los casos, mejor aún mover la cámara para conseguir la disposición deseada. A los efectos que estamos hablando, la diagonal fotográfica no tiene porque coincidir plenamente con la diagonal geométrica, de forma que se puede conseguir el mismo efecto, incluso de forma reforzada, utilizando líneas curvas para definir la diagonal.

Una variante de la diagonal que también produce excelentes resultados, consiste en disponer los elementos en otras formas geométricas, en este caso sin necesidad de coincidir con la diagonal. Probablemente la forma más frecuentemente utilizada sea el triángulo.

El criquet es una auténtica pasión para los cingaleses. Donde quiera que vayas puedes encontrar a niños jugando a este extraño deporte del que Sri Lanka es el actual campeón del mundo. La composición de la fotografía juega con la situación de tres elementos: Los palos, el bateador y él que lanza la bola, de forma que trazando un línea entre ellos se cubra una perfecta diagonal.

Foto 4: Diagonales / (c) Mamuga

Foto 4: Diagonales



(5) Sencillez

El fotógrafo tiene que asegurarse de que en su composición se cumplen dos condiciones fundamentales: Que aparece todo lo que se desea y ¡nada más que lo que se desea!. Es relativamente fácil comprobar que todos los elementos deseados "entran" en el visor, sin embargo suele ser muy frecuente descuidar la aparición de otra serie de elementos indiferentes, ¡cuando no indeseables! que solo perjudicarán el resultado final. Si existen demasiadas cosas en la fotografía se perderá el objeto que el fotógrafo quería destacar y será difícilmente reconocido como elemento principal. En este sentido cabe destacar que son especialmente peligrosas las coincidencias que el espectador reconocerá como, por ejemplo, un árbol que sale de la cabeza de una persona. Aunque parezca sencillo, no es fácil percibir esta coincidencia en la realidad, dado que nuestros ojos captan perfectamente una tercera dimensión, que hace que el árbol se "aleje" de la cabeza de nuestro protagonista, sin embargo la imagen final será sólo de dos dimensiones.

El principal método para conseguir aislar el objeto principal suele consistir en variar el ángulo de la toma, pero si esto resulta imposible siempre se puede utilizar la técnica de desenfocar los elementos indeseables.

En Kandy se produce el mejor té del mundo: El té de Ceylan, como se llamaba está isla en tiempo de la colonización británica. Existen enormes plantaciones en esa zona montañosa del país, donde el té encuentra una inmejorables condiciones para su crecimiento. En las plantaciones se requiere de una numerosa cantidad de mano de obra, normalmente formada por simpáticas y laboriosas mujeres. La sencilla composición de la fotografía adjunta se centra exclusivamente en lo que se quiere mostrar: Simpatía y trabajo, para ello se presenta una señora con una abierta sonrisa y un saco sobre la cabeza. Y nada más.

Foto 5: Sencillez / (c) Mamuga

Foto 5: Sencillez



(6) Movimiento

Cuando el sujeto fotografiado es capaz de moverse (personas, animales, vehículos, etc. ) y, además, en el momento de realizar la fotografía se desea demostrar dicha capacidad, es recomendable reservar un espacio en la composición en la dirección en que potencialmente se suponga que puede desplazarse el sujeto. En definitiva se trata de evitar la sensación de que el objeto se "saldrá" de la fotografía inmediatamente, para lo cual se debe reservar un espacio en el que se pueda mover.

La forma de aplicar esta regla es muy simple, si se trabaja con un objetivo de focal fija, el fotógrafo debe situarse a la distancia adecuada, mientras que si se trabaja con un zoom, vale con modificar la focal utilizada. El problema en este caso no deriva de lo que hay que hacer, el auténtico problema consiste en la velocidad a la que hay que hacerlo. Normalmente se quiere transmitir sensación de movimiento cuando el sujeto está en auténtico movimiento, así que se debe trabajar muy rápido. Por supuesto que un zoom es de gran utilidad en estos casos.

En los campos de té las cosas no son muy rápidas, ni siquiera las motocicletas. No obstante la fotografía muestra lo que sin duda se aprecia como un objeto en movimiento. Para aumentar la sensación de movilidad, se deja algo de "aire" por delante de la motocicleta (incluso un poco más de "aire" no habría venido mal), de forma que está disponga de algún espacio para continuar su camino.

Foto 6: Movimiento / (c) Mamuga

Foto 6: Movimiento



(7) Contraste

Sin duda un objeto luminoso resulta mucho mas impactante si se le coloca sobre un fondo oscuro y viceversa. Igual pasa si utilizamos colores contrastados para lograr que destaque el elemento principal de la fotografía. Esta opción puede resultar muy efectiva, pero se corre el riesgo de que el espectador aplique sus propios criterios y, en efecto perciba el contraste, pero fije su atención en el fondo en vez de donde "la debe" fijar.

El caso más típico para hablar sobre contrastes adecuados o inadecuados, incluso fuera de la especialidad fotográfica, consiste en analizar la idoneidad de una corbata con una camisa y/o con un traje. Lo que para alguien resulta estéticamente impecable para otros puede resultar incluso hortera. La única virtud que se debe tener para utilizar esta regla adecuadamente es el buen gusto, y ya se sabe que "sobre gustos no hay nada escrito", así que no escribamos más.

En Sri Lanka disfrutan de una excelente gastronomía, mi amigo Kijmar Fernando se encargó de demostrármelo. En casi todos los platos se puede percibir un agradable picante que se debe a unas sabrosas guindillas rojas que los campesinos ponen a secar al borde de la carretera. El rojo intenso de las guindillas contrasta claramente con el color de la arena del arcén, y esto permite que resalte el colorido de la imagen.

Foto 7: Contraste / (c) Mamuga

Foto 7: Contraste



(8) Balance

Balancear se entiende en términos generales como equilibrar pesos y, fotográficamente hablando esto es lo que se debe hacer siempre en una composición. Por supuesto que no se trata de pesar todos los objetos que aparezcan en la imagen para distribuirlos uniformemente por toda la superficie de la fotografía, en este caso estamos llamando "peso" al impacto visual que queremos dar a cada elemento.

En principio se puede optar por dos tipos de balances bien diferenciados, e incluso contrapuestos. Por un lado está lo que podríamos denominar balance formal, que consiste en distribuir el peso uniformemente respecto del centro de la fotografía, por otro lado se encuentran el balance informal, que consiste en distribuir los pesos unifórmente pero no sobre el centro, sino, por ejemplo, sobre cualquiera de los puntos de interés definidos por la regla de los tercios.

Es importante destacar que no solo se deben balancear los objetos reales, sino también cualquiera de las "formas" que se puedan identificar en la fotografía por líneas, colores, luces, etc. de manera que se consiga un buen equilibrio. ¿Y que es un buen equilibrio?. Pues, aunque desde luego es un materia muy subjetiva, se trata de conseguir que la distribución de intensidades visuales sea armoniosa, que forma que no se sitúe exclusivamente en el centro, pero tampoco que todo el "peso" se encuentre en una esquina. Debemos insistir en la utilización particular que estamos haciendo de la palabra peso indicando que, por ejemplo, en este caso puede pesar tanto la sombra de un paraguas como el propio paraguas.

Aun reconociendo que los balances formales son en general mal recibidos por el espectador, debemos afirmar que esta regla es la que mas libremente debe aplicarse ya que, en ciertas ocasiones, lo más apropiado será un balance perfectamente formal sobre el centro geométrico de la imagen. En cualquier caso se pueden distinguir dos clases básicas de balances, los simétricos, que pretenden que los "pesos" se repartan homogéneamente respecto de algún eje, y los asimétricos, que desplazan el peso hacía una parte de la imagen.

La religión predominante en Sri Lanka es el budismo y, vayas por donde vayas, es fácil encontrar monjes vestidos con la característica túnica naranja. El monje de la fotografía llevaba un paraguas para protegerse del sol y, la sombra proyectada por el efecto de un sol de mediodía, permite crear una curiosa forma que sirve para equilibrar los "pesos" de la imagen.

Foto 8: Balance / (c) Mamuga

Foto 8: Balance



(9) Enmarcar

En fotografía se llama "enmarcar" a situar algún elemento en el primer plano de la imagen que "dirija" al espectador directamente al objeto principal de la fotografía. El objeto que juega el papel de "marco" no debe competir con objeto principal y, para ello se puede optar por desvirtuarlo de alguna manera: Desenfocándolo, sobrexponiéndolo, etc. Otra posibilidad para quitar el posible protagonismo de un "marco" oscuro puede consistir en incluir elementos de colores vivos en su interior, o viceversa. En definitiva cualquier cosa vale siempre que cumpla los objetivos fundamentales del "marco": Crear sensación de profundidad y dirigir a los espectadores hacia el centro de interés del fotógrafo.

El "marco" se puede elegir de forma que tenga alguna relación conceptual con el objeto principal, aunque también puede resultar interesante elegir un "marco" completamente distinto, con objeto de diferenciarle aún mas claramente.

En la última fotografía de este artículo podemos ver un ejemplo de una composición basada en la utilización de un "marco". En este caso es la ventanilla del coche la que juega el papel de marco y conduce la atención directamente sobre los ombligos de las tres jóvenes cingalesas. La fotografía fue tomada en la carretera que conduce de Colombo a Sigiriya y las tres chicas eran vendedoras de cacahuetes.

Foto 9: Enmarcar / (c) Mamuga

Foto 9: Enmarcar


Hoy en día disponemos de espléndidas cámaras super computerizadas: enfoque automático, fotómetros precisos, etc etc. También los laboratorios pueden hacer una buena labor para nosotros, llegando incluso a subsanar pequeños defectillos del negativo. Pero nadie puede sustituir al fotógrafo a la hora de componer una imagen y decidir lo que "entra" y lo que "sale" del visor. Por eso es por lo que pensamos que la composición es probablemente el elemento crucial y básico a la hora de tomar una fotografía. Tanto el fotógrafo más experto, como el principiante más novato, deben comprometerse y componer su imagen como lo puede hacer un pintor, o un escultor. Así que esperamos que estas sencillas nueve reglas puedan servir para aumentar las posibilidades de elección para aquellos fotógrafos principiantes y que, por lo menos, se paren a pensar unos segundos antes de hacer cada nueva foto.


 
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