Historia de la Real Sociedad Fotográfica : Voluntad de fotógrafos / Epílogo


Francisco Andrada ; Indecisión ; 1924

Francisco Andrada
"Indecisión"
1924

Epílogo

En el mes febrero de 1902 se celebró la primera gran exposición organizada por la Real Sociedad Fotográfica, inaugurada por un jovencísimo Alfonso XIII. Y en junio de 2004, ciento dos años después, y sólo unos días antes de poner el punto final en este libro, se clausuró la última muestra expuesta en su sede hasta la fecha.

Se trataba de una exposición-homenaje, con fotografías retrospectivas de Vicente Nieto Canedo que, a sus 91 años de edad, continúa mostrando el mismo entusiasmo por la fotografía y por "la Fotográfica".

Vicente Nieto Canedo es uno de los socios más veteranos de la Real Sociedad Fotográfica y, junto con Lorenzo Plaza Montero -el querido doctor Plaza-, y Luis Olivenza Escudero, forman el trío de socios más antiguos de la entidad.

El propio Vicente Nieto recuerda numerosas anécdotas vividas con sus dos compañeros:

"Luis Olivenza era el encargado de la Galería de Retrato y en una ocasión consiguió traer como modelo a la misma señorita que posó para el retrato de Romero de Torres, la que salía en el billete de cien pesetas, ¡claro que ya no era una señorita de tan buen ver!".

"El doctor Plaza es ahora mismo el socio mas antiguo de la Sociedad. Siempre que coincidimos los tres andamos haciendo cuentas para confirmar quien ingresó antes y claro, siempre sale lo mismo. El doctor Plaza trabajó en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y también siente un gran cariño por nuestra Sociedad".

En la clausura de la exposición retrospectiva de la obra de Vicente Nieto Canedo le pedimos que nos escribiera un texto para finalizar esta historia de su "Fotográfica". Al principio se resistió un poco: "Ya soy muy mayor…", pero al final, después de recordarle que sus seis años como responsable del boletín de la sociedad habían sido uno de los periodos de tiempo en los que mejor se escribía en esta publicación, accedió a redactar este entrañable texto:

CINCUENTA Y CUATRO ESCALONES

Real Sociedad Fotográfica

Calle del Príncipe, 16-2º. Izq. - Madrid

¡Qué lejos nos queda aquel hogar de la calle del Príncipe!.

¿Cuántas veces habremos subido aquellos cincuenta y cuatro escalones para cruzar el dintel de la entidad fotográfica!

Cincuenta y cuatro peldaños de aquella tan vetusta como quejumbrosa escalera de más de cien años de existencia.

Aún recuerdo los asientos, en ángulo, de las rinconeras de cada descansillo que acreditaban, bien a las claras, la antigüedad de la casa.

Cincuenta y cuatro escalones hasta llegar al segundo piso, en cuya puerta izquierda se mostraba una placa oval que rezaba: Real Sociedad Fotográfica.

Esa puerta que nos abría Constantino, aquel mítico y primer conserje que tuvo la Sociedad.

Constantino era toda una institución, ya muy mayor; tanto, que debió de atender en sus menesteres, incluso a posibles fundadores de la Real. Diríase que se consideraba como el propietario exclusivo de aquel piso, en el cual hacía su vida y donde se conservaban ¡todavía! los sillones de rojo peluche, adquiridos muchísimos años ha.

Sí, cincuenta y cuatro escalones; uno menos que el año en el cual ingresé, como novel, cargado de ilusiones, en la que habría de ser para mi como un segundo hogar: la Real Sociedad Fotográfica. Tanto la quiero.

Tengo el carnet de la Real (o, como al parecer, decíamos) "la Fotográfica", con el nº 1.052, firmado por el entonces Presidente S. Loygorri y por el Secretario, Sr. Osuna (el de los bolsos), si bien, ya después de 49 años en la Sociedad, desde aquel 1º de Marzo de 1955, creo que hago el número 3 de antigüedad en la misma.

Pues bien, dejemos las añoranzas y descendamos, con la imaginación, aquellos lejanos cincuenta y cuatro escalones, para entrar en la nueva sede, de la calle Tres Peces, número 2, en cuya nueva etapa observo - y celebro - una actividad y un entusiasmo inusitados.

¡Vayamos por otros cien años de existencia!

Vicente Nieto Canedo
Junio, 2004

Contraportada

Tras ciento cinco años como lugar de encuentro de fotógrafos aficionados y profesionales, la Real Sociedad Fotográfica se ha convertido en una de las instituciones que más ha contribuido al desarrollo de la fotografía española. Con pocos medios pero mucho corazón - como muy acertadamente escribió Juan Pando, uno de sus miembros - sus socios han puesto toda su ilusión y dedicación para sacar adelante esta casa común, que se ha convertido con el paso del tiempo en algo más que una simple agrupación fotográfica. Por sus salones han pasado los más grandes fotógrafos: Kaulak, Santiago Ramón y Cajal, José Ortiz-Echagüe, el conde de la Ventosa, José Tinoco, Eduardo Susanna, Francisco Andrada, . . . .

La Real Sociedad Fotográfica ha sido protagonista de dos de los movimientos más trascendentes de la fotografía en nuestro país, como son los Salones Internacionales de Madrid, que comenzaron a celebrarse en el año 1921 y fueron uno de los eventos de referencia hasta mediados de la década de los cincuenta del siglo pasado, y la llamada Escuela de Madrid, integrada exclusivamente por socios de la Real Sociedad Fotográfica, que supuso un auténtico soplo de aire fresco sobre la, en aquellos momentos, anquilosada fotografía española. Tampoco podría entenderse el movimiento pictorialista español sin tener en cuenta que los mejores fotógrafos de este estilo estuvieron, directa o indirectamente, relacionados con la Real Sociedad Fotográfica.

En el presente libro, editado por la propia Real Sociedad Fotográfica con colaboración de la Universidad SEK de Segovia y apoyo financiero del Ministerio de Cultura, se detallan los avatares de la Sociedad. En algunos casos se relatan momentos cumbre de la gran historia de la fotografía española, mientras que en otros casos los protagonistas, como el entrañable conserje Constantino o el simpático gato Odilón, sólo tienen importancia dentro del pequeño mundo de esta Sociedad.

El interés de este libro radica en que cubre un siglo de historia de la Real Sociedad Fotográfica y, de alguna manera, de la sociedad fotográfica madrileña en general. En sus páginas se cubren etapas gloriosas, en la que la Sociedad atravesaba momentos de esplendor, pero también otras donde la crisis era tan grave que peligraba incluso su subsistencia.

En la presente edición se complementa la narración de los hechos acaecidos con la reproducción de fotografías relacionadas, son, en algunos casos, fotos muy conocidas, que han marcado un hito en la historia de la fotografía española pero, en otros casos, se trata de sorprendentes imágenes inéditas que, hasta ahora, se habían mantenido en el mas completo anonimato.


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